Macron mide sus fuerzas con Putin

Alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CHRISTOPHE ARCHAMBAULT | afp

El presidente se mostró dispuesto a reforzar la cooperación en Siria, pero avisó que el uso de armas químicas será objeto de represalias militares inmediatas de París

30 may 2017 . Actualizado a las 00:20 h.

En su primer cara a cara con Vladimir Putin, Emmanuel Macron quiso marcar el terreno. Medir fuerzas y demostrar que no se amilana ante los numerosos puntos de fricción entre Francia y Rusia: la interferencia de medios afines al Kremlin en su campaña electoral o las diferencias sobre los conflictos en Siria o Ucrania.

Culminando su estreno internacional en la cumbre de la OTAN y en la del G7 en Taormina (Sicilia), el presidente francés recibió a su par ruso en el palacio Versalles. La elección de la antigua residencia de los reyes de Francia no fue fruto del azar. Después de que la interferencia de Moscú en favor de la ultraderecha de Marine Le Pen durante las elecciones presidenciales, Macron quiso hacer una demostración de fuerza. «Pedro el Grande es el símbolo de esta Rusia que quiere abrirse a Europa (…) esta amistad franco-rusa es la que quiero compartir con usted invitándole hoy a Versalles», afirmó el presidente francés en el palacio, tras inaugurar una exposición que celebra el tricentenario de la visita diplomática del zar. Si bien Putin aseguró que «los intereses principales de Francia y de Rusia sobrepasan los puntos de fricción», la reunión no estuvo exenta de tensiones y una medida cordialidad en los gestos. Eso sí restañaron heridas con el propósito común de reanudar el diálogo entre París y Moscú, tras la congelación en tiempos de François Hollande.

Líneas rojas

Sobre Siria, Macron se pronunció a favor de reforzar la «asociación con Rusia para asegurar la estabilidad, la transición democrática» del Estado sirio. Pero, en una advertencia tanto a Bachar al Asad como a Putin, aseguró que el uso de armas químicas es «una línea roja» que, de sobrepasarse, provocaría una «respuesta inmediata» de Francia.

El jefe del Kremlin se limitó a insistir en que su objetivo es cooperar con su homólogo galo para luchar contra el terrorismo en la región, sin con ello destruir el Estado gobernado por su aliado.

En cuanto Ucrania, Macron abogo por una «desescalada» del conflicto y la convocatoria de un nuevo encuentro del formato Normandía (que agrupa a Rusia, Alemania, Ucrania y Francia) en los próximos días. Un impreciso Putin tan solo comentó que durante la reunión evocaron «sus relaciones bilaterales, las de Rusia y la UE así como los puntos dolorosos en el mundo».

Macron y Putin eludieron evocar las sospechas de injerencias rusas en las elecciones al Elíseo. «Soy pragmático y cuando he dicho las cosas una vez no necesito repetirlas», dijo. Reveló que había abordado el tema en privado con el líder del Kremlin cuando le telefoneó para felicitarle por su victoria. Entonces. «Yo le dije lo que le dije y él me respondió lo que me respondió», zanjó.

Putin se vio en la tesitura de tener que justificar la audiencia en el Kremlin a Marine Le Pen. «Su opinión sobre la salvaguardia de las identidades europeas no está desprovista de fundamento, es algo que yo siempre he expresado», alegó. «Si ella lo pide, no veo por qué deberíamos negarle esa visita, tanto más cuando ella misma siempre ha trabajado por las relaciones entre nuestros países», objetó. Ante la pregunta de un periodista sobre los ciberataques de origen ruso, Putin se defendió: «Ha dicho que «puede que fuesen hackers rusos. ¿Como quiere que comente algo?, en política no podemos tomar acciones en suposiciones que no están confirmadas».

Macron no se calló ante la campaña de desprestigio por parte de los medios rusos. «Russia Today y Sputnik fueron órganos de influencia que han difundido contra-verdades infames sobre mi persona», lanzó el francés, justificando su decisión de no darles acceso a la sede de En Marcha.

Un apretón de manos sin tirones

La imagen del apretón de manos de Macron y Donald Trump en el G7 sigue circulando en las redes sociales. El presidente estadounidense tiene un historial de apretones tensos y condescendientes, pero durante la cumbre Macron quiso agarrarle la mano hasta el final en un mensaje simbólico «nada inocente», como confesó el francés. La imagen contrastó con las del paseo que dio con el presidente de Canadá, Justin Trudeau. Ambos jóvenes y con líneas políticas similares. Los dos mandatarios regalaron bucólicas instantáneas frente a la costa siciliana, lo que los internautas no tardaron en llamar el nacimiento de un bromance» (de brother y romance en inglés).

Este lunes todo estaba dispuesto en Versalles para agradar a Putin. La guardia estaba formada y Macron recibió con alfombra roja a su invitado. El apretón de manos entre ambos fue firme, cálido y profesional, sin tirones como con Donald Trump en Bruselas. La conferencia de prensa conjunta tuvo lugar en un simbólico escenario: la Galerie des Batailles, repleta de enormes pinturas de batallas francesas.

Desde la época de los zares, Rusia ha mostrado siempre verdadero arrobo y admiración hacia Francia. Según ciertos politólogos, Putin vio por televisión la investidura de Emmanuel Macron, el pasado día 14 en el Elíseo, y le gustó el acto por su sencillez y el calor humano que emanaba. Hasta el punto de que al parecer quiere imitarlo y estudia presentarse a las siguientes elecciones con un partido nuevo, al estilo Macron.