Irán eclipsa el conflicto palestino-israelí

Efe JERUSALÉN

INTERNACIONAL

MANDEL NGAN | Afp

Trump afirma en Israel que el régimen de Teherán nunca tendrá la bomba nuclear

23 may 2017 . Actualizado a las 08:25 h.

Donald Trump cambió Riad por Jerusalén, segunda parada de su primer viaje oficial desde que llegó a la Casa Blanca, pero en sus apuntes trajo los mismos mensajes de alerta sobre Irán, la gran amenaza regional para sus dos grandes aliados en la zona. «Estados Unidos e Israel pueden afirmar con una sola voz que Irán jamás debe ser autorizada a poseer un arma nuclear, nunca jamás, y que debe cesar en la financiación, el entrenamiento y el equipamiento mortíferos de terroristas y milicias», declaró Trump en la residencia del presidente israelí, Reuven Rivlin. A las pocas horas, fue más allá y prometió al primer ministro, Benjamin Netanyahu, que «Irán nunca tendrá armas nucleares».

El estadounidense quiso reforzar su apoyo a Israel recordando la alianza lograda en Riad en el que «muchos han expresado su resolución a prestar ayuda para acabar con el terrorismo y la propagación de la radicalización. Cada vez más vuestros vecinos árabes se dan cuenta de que tienen una causa común con vosotros ante la amenaza que plantea Irán». Un anuncio de la creación del que algunos analistas califican ya como «eje del bien» formado por Israel y países musulmanes suníes frente a la gran potencia chií.

Las alusiones constantes a Irán en cada una de sus intervenciones eclipsaron al tema que parecía iba ser el número uno en su agenda: recuperar el proceso de paz entre israelíes y palestinos. «Estamos ante una rara oportunidad de lograr la paz», afirmó, pero no desveló la estrategia que tiene en mente para resolver el conflicto.

La segunda jornada en Tierra Santa incluye este martes un viaje a Belén, donde se reunirá con su homólogo palestino, Mahmud Abás, que en su reciente visita a la Casa Blanca le confesó que gracias a él había recuperado «la esperanza» en una salida pacífica.

Sin límites

Acosado por los problemas internos en su país, a lo largo de esta gira Trump está siendo agasajado por saudíes e israelíes y ha adoptado la pose de gran negociador y de líder con ganas de rebasar líneas que ninguno de sus antecesores ha rebasado. Es el primer presidente de EE.UU. que incluye al Estado hebreo en su primera gira internacional, el Air Force One fue el primer avión en cubrir la ruta directa entre Arabia Saudí e Israel, dos países con un mismo enemigo común, Irán, pero sin relaciones diplomáticas, y para completar los actos sin precedentes para un presidente de EE.UU. en el cargo, visitó la Ciudad Vieja, el Santo Sepulcro y el Muro de las Lamentaciones, donde se puso la kipá y rezó durante unos minutos. Estos lugares son tan sagrados para cristianos y judíos como delicados para la diplomacia internacional y hasta ahora los mandatarios estadounidenses y europeos en visita oficial evitaban visitarlos por el significado político que tienen, al estar en la zona este de Jerusalén, ocupada por Israel hace 50 años.

Fue una visita simbólica y mediática, pero Trump exigió hacerla sin Netanyahu, ni ningún otro cargo oficial. Las medidas de seguridad y la huelga general de los palestinos en solidaridad con el millar de presos que llevan más de un mes en huelga de hambre vaciaron una Ciudad Vieja que Trump visitó acompañado de los suyos.

«No mencioné a Israel»

Pese a los miles de kilómetros de distancia, los escándalos le siguieron hasta el hotel King David de Jerusalén, convertido en su cuartel general, y tuvo que aclarar ante la prensa que «nunca mencioné la palabra o el nombre de Israel» en el encuentro que mantuvo en su despacho con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en el que reveló información confidencial (supuestamente aportada por los israelíes) sobre el Estado Islámico.

«Todos dicen que lo dije, así que tenéis otra historia errónea. Nunca mencioné la palabra Israel», zanjó Donald Trump, para quien la cooperación con Israel en materia de información secreta es «estupenda, genial, nunca ha sido mejor».

Flynn se acogerá a la Quinta Enmienda para no colaborar en la investigación sobre la trama rusa

El exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca Michael Flynn se acogerá a la Quinta Enmienda, su derecho constitucional para no incriminarse, y evitará así no aclarar ante el Senado sus vínculos con Rusia. El Comité de Inteligencia de la Cámara alta, que investiga la presunta injerencia rusa en las elecciones presidenciales, le envió hace dos semanas una citación y una petición para que entregara cualquier registro de sus contactos con el Kremlin.

La decisión, adelantada por medios como Fox News o The Wall Street Journal, viene a confirmar la poca voluntad de Flynn de entregar documentación sin negociar antes algún tipo de protección de cara a posibles procesos judiciales. Al parecer, el antiguo jefe de inteligencia militar sondeó la posibilidad de contar con inmunidad.

Flynn está considerado un testigo clave en las distintas investigaciones sobre la presunta injerencia rusa en la campaña electoral. Se vio obligado a dimitir en febrero, apenas unas semanas después de asumir su cargo en la Administración, al hacerse público que mintió a la Casa Blanca sobre sus contactos con el embajador ruso en Washington durante el período de transición.

Los investigadores analizan un viaje de Flynn pagado por Moscú para asistir a una cena de gala en el 2015, en la que se sentó con el presidente Vladimir Putin, y sus múltiples comunicaciones con el embajador ruso Serguéi Kisliak en diciembre, un mes después de la elección.

En busca de la inmunidad

De acuerdo con una fuente próxima al exasesor, si cumple con la citación, se arriesga a perder su derecho a acogerse a la Quinta Enmienda si es obligado a testificar en alguna de las investigaciones. En marzo, el abogado de Flynn, Robert Kelner, dijo que el retirado teniente general podría no testificar sin «garantías contra un proceso injusto», incrementando la especulación de que estaría buscando un acuerdo de inmunidad. «Ciertamente, Flynn tiene una historia que contar y quiere de verdad decirlo, si las circunstancias lo permiten», dijo Kelner el 30 de marzo. «Ninguna persona razonable, que cuente con el beneficio de asesoramiento de un abogado, se sometería a preguntas formuladas en un ambiente tan politizado en el que hay una caza de brujas, sin asegurarse de tener garantías contra una acción legal», explicó.

Rohaní tilda la cumbre de Riad de «simple espectáculo»

El recién reelegido presidente de Irán, Hasán Rohaní, tachó ayer de «simple espectáculo» la cumbre del domingo de Donald Trump con líderes árabes suníes en Riad y en la que se llamó a aislar a Irán, tras acusarlo de financiar el terrorismo. «La reunión en Arabia Saudí fue un simple espectáculo sin ningún valor práctico o político. No se puede resolver el terrorismo únicamente dándole dinero a una superpotencia», agregó en la primera rueda de prensa desde su victoria en las elecciones del pasado viernes.

En la reunión en Riad, el rey saudí, Salman bin Abdelaziz, buscó y logró el mensaje de unidad contra Irán, la potencia chií con la que rompió relaciones en enero del 2016 y con la que rivaliza como potencia regional.

Mohamad Javad Zarif, ministro de Exteriores iraní, respondió con sarcasmo a lo dicho por Trump y el rey Salman. «Justamente en el bastión de la democracia y de la moderación [Arabia Saudí], el presidente estadounidense ataca a Irán poco después de unas elecciones democráticas», escribió en un tuit. «¿Se trata de política exterior o de sacarle 480.000 millones de dólares» al rey Salman?, se preguntó con sarcasmo.

Sistema de misiles

Rohaní advirtió a Trump que «no vamos a esperar a que nos autoricen» a realizar pruebas de su sistema de misiles, tras asegurar que es «pacífico y disuasorio». «Si Irán no tuviera armas habría algunos que cometerían un error de cálculo», en alusión a eventuales ataques. Defendió que nadie puede ignorar que la presencia de Irán en la región es la que puede traer «estabilidad y seguridad a Oriente Medio». «Los únicos que han acabado con el terrorismo son el pueblo de Siria, de Irak y del Líbano... y el pueblo de Irán ayudó a estos países», respondió a las críticas a su apoyo a Bachar al Asad o al grupo libanés Hezbolá. «¿Qué hicieron el resto? Quienes apoyaron a los terroristas no pueden reclamar que luchan contra el terrorismo», apuntó.