Crece en los cuarteles el malestar con Maduro por la fuerte represión

Juan Francisco alonso CARACAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

CARLOS GARCIA RAWLINS | Reuters

En las últimas horas el mandatario realizó cambios en las jefaturas de la Guardia Nacional de dos estados del país

07 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Pese a que en los últimos años los venezolanos han escuchado a no pocos generales y almirantes asegurar que la Fuerza Armada es «bolivariana, imperialista y profundamente chavista», el descontento en los cuarteles por la manera en que Nicolás Maduro viene gestionando la ola de protestas opositoras crece y le ha obligado a tomar medidas. En las últimas horas el mandatario realizó cambios en las jefaturas de la Guardia Nacional (policía militarizada) de dos estados del país. El más importante, en Carabobo, a unos 150 kilómetros al oeste de Caracas, uno de los epicentros de las manifestaciones, y donde se han registrado seis de los 37 muertos ocurridos en estas semanas.

El general Nelson Morales Guitian fue removido de la jefatura de la Zona de Defensa Integral de Carabobo, en la cual apenas tenía un mes debido a su negativa a seguir enviando a sus subalternos a reprimir las manifestaciones, razón por la cual fue llamado a Caracas y puesto a la disposición de Inteligencia Militar, aseguraron fuentes judiciales y castrenses. El oficial sería uno de los 85 uniformados de los que el gobernador de Miranda y líder opositor, Henrique Capriles, dijo el viernes que están detenidos por expresar descontento ante la situación del país. Otra guarnición en la que se produjeron cambios fue la de la vecina Cojedes, cuyo comandante, el también general Frank Lynch, fue asimismo destituido. No se descarta que igualmente forme parte del grupo de oficiales investigados.

Los cambios no son poca cosa, pues la Guardia Nacional ha sido junto a la Policía la responsable de intentar poner fin a las manifestaciones y se le culpa de al menos dos de las muertes registradas, razón por la cual sobre 14 de sus funcionarios pesan órdenes de captura, de acuerdo a lo informado por la Fiscalía.

Aunque las autoridades no han confirmado ni desmentido la denuncia de Capriles, los nombramientos junto al vídeo que se difundió a finales de abril, y en el cual tres tenientes que desertaron a Colombia desconocen a Maduro y le piden su renuncia, ponen en duda la unidad «monolítica y granítica» que el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino, aseguró que existe en torno a Maduro.

Caracas y otras ciudades venezolanas fueron escenarios ayer de nuevas manifestaciones opositoras y chavistas. En la capital del país las autoridades volvieron a cerrar el metro y las principales autopistas que comunican a la ciudad en un intento por obstaculizar la movilización, encabezada en esta ocasión por mujeres vestidas de blanco. Pese a ello, hasta el cierre de esta edición, no se había registrado ningún incidente como los ocurridos días pasados. En uno de ellos, una multitud en la Villa del Rosario, una pequeña ciudad cerca de la frontera con Colombia, exteriorizó su malestar derribando una estatua del fallecido Hugo Chávez. El vídeo se hizo viral.

La Iglesia tacha de antidemocrática la Constituyente

Por considerarla «una iniciativa divorciada de las urgentes necesidades del país» y como «un paso más en el socavamiento» del Estado de Derecho, los obispos venezolanos rechazaron la propuesta de Maduro de convocar una nueva Constituyente y, tras exigirle que cumpla la actual Constitución, le demandaron atacar los problemas que en realidad preocupan a los ciudadanos. «Lo que más necesita el pueblo es comida, medicamentos, libertad, seguridad personal y jurídica, y paz. Todo ello se conseguiría si el Gobierno actuara apegado a lo previsto en el texto constitucional vigente y con mayor sensibilidad ante tantas carencias», afirmó la conferencia episcopal en un duro comunicado. Tras denunciar que la iniciativa lo que busca es aniquilar el Parlamento electo en diciembre de 2015, los prelados advirtieron que «esta propuesta quiere imponer el Plan de la Patria, traducción operativa del Socialismo del siglo XXI, un sistema totalitario».