Su jubilación se produce cuando el país está envuelto en una gran incertidumbre económica y social a causa del brexit, y vive la amenaza independentista de Escocia y la posibilidad de que el Úlster termine reunificándose con Irlanda. El último gran símbolo de unión del país, la monarquía también está sometida a una creciente presión porque no deja de posponer la transición pendiente. Isabel II se niega a acometer la sucesión, como sí hicieron monarquías europeas como la holandesa, la noruega o la española.
No deja de llamar la atención el momento para comunicar la jubilación del duque, el mismo día en que el país lleva a cabo elecciones locales en 88 municipios. Los resultados de los comicios son el primer termómetro para determinar la correlación de fuerzas de cara a las generales 8 de junio.