Venezuela, Maduro reinventa la Democracia Orgánica de Franco

Julio Á. Fariñas A CORUÑA

INTERNACIONAL

Reuters

El presidente firmó el decreto de una Asamblea Nacional Constituyente «popular y no de partidos políticos» para redactar una nueva Carta Magna

02 may 2017 . Actualizado a las 18:40 h.

Nicolás Maduro firmó el pasado lunes el decreto de convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente, «popular y no de partidos políticos» para redactar una nueva Carta Magna que entierre la aprobada hace 18 años por cerca del 90 % de los venezolanos, iniciativa de Hugo Chávez. De prosperar, se implantaría una Democracia Orgánica, muy similar a la de la España de Franco.

Cuando la anunció en un discurso pronunciado en la tarde del primero de mayo ante sus seguidores, explicó que «convoco una Constituyente ciudadana, no una Constituyente de partidos ni élites, una Constituyente ciudadana, obrera, comunal, campesina, una Constituyente feminista, de la juventud, de los estudiantes, una Constituyente indígena, pero sobre todo, hermanos, una Constituyente profundamente obrera, decisivamente obrera, profundamente comunal. Convoco a los comuneros, a los misiones». Esa noche la firma del decreto fue secundada por un cacerolazo general de protesta en todo la ciudad.

También dijo que esa Constituyente estará formada por 500 miembros, unos 250 de los cuales se elegirán «en un sistema territorializado, con carácter municipal, en las comunidades, con voto directo, secreto».

No dio fecha para elegirla pero si adelantó que contará con una comisión presidencial, dirigida por Elías Jaua, exvicepresidente, exministro de Comunas y uno de los gestores principales del sistema de asistencia, autogestión y poder local del chavismo y estará compuesta por 12 personas, entre ellas su esposa y la primera combatiente, Cilia Flores.

Para los líderes opositores el anuncio de la Constituyente es un nuevo intento de marginar a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición. Julio Borges presidente de la Asamblea Nacional, dijo que con esta iniciativa «Maduro acaba de matar y asesinar el legado de Hugo Chávez a Venezuela que era la Constitución».

Gema Gómez Díaz-Caneja

Un parricidio

En el mitin que soltó en la tarde del lunes en la avenida Bolívar ante un grupo de sus incondicionales -cada vez menos- Maduro reconoció implícitamente que la convocatoria de la Constituyente era la única carta que le quedaba por jugar antes de darle una patada a la mesa, después de un mes de constante presión de la gente en la calle liderada por una oposición cada vez más unida desde el golpe de Estado judicial de finales del pasado mes de marzo.

La evolución de los acontecimientos después de la estrepitosa derrota sufrida en las urnas el pasado 15 de diciembre por el madurismo, la versión más grotesca del chavismo, está poniendo de manifiesto que cualquier intento serio de normalizar la vida del país pasa por el desalojo del poder de Maduro y su banda por la vía institucional, despojándolos de la careta de demócratas que les permitió llegar al poder por las urnas.

Con el único fin objetivo de ganar tiempo y seguir en el poder no se cortaron lo más mínimo a la hora de configurar un Poder Judicial a la medida de sus intereses que en poco más de un año dictó nada menos que 48 sentencias para neutralizar la Asamblea Nacional y encarceló a líderes de la oposición con fuerte tirón electoral, ignoraron los plazos legales para convocar elecciones regionales para no verse en la tesitura de perderlas, se resisten a convocar las municipales, son incapaces de atajar el progresivo desabastecimiento de productos básicos, tanto alimentos como medicamentos, ponen en marcha una política asistencialista a través de los Clap, creando un nuevo foco de corrupción, esta vez controlado por los militares.

El último -al menos de momento- capítulo de este golpe de Estado continuado es la convocatoria de lo que el líder opositor Henry Ramos rebautizó como Asamblea prostituyente que pretende cargarse una constitución hecha en su día por el difunto comandante, precisamente lo único salvable de su legado. Que la iniciativa parta del autodenominado hijo de Chávez, para el analista Danny Leguízamo «eso se llama parricidio».

Las líneas maestras del proyecto adelantadas por el promotor de la iniciativa, a los españoles que peinan canas, les trae a la memoria la Democracia Orgánica implantada por Franco de la que los pilares básicos eran: familia, municipio y sindicato, que elegían a sus respectivos representantes en Cortes. A más de uno le surge la duda de si la idea se la sopló Zapatero o los de Monedero.