La UE pone toda su artillería al servicio de Macron

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El portavoz Margaritis Shinas junto al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker
El portavoz Margaritis Shinas junto al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker YVES HERMAN

La Comisión Europea ha roto con su tradicional mutismo con las presidenciales francesas

25 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni en el brexit, ni en el referendo italiano ni las elecciones holandesas Bruselas entró en campaña. Hasta ayer. La Comisión Europea ha roto con su tradicional mutismo con las presidenciales francesas. Lo ha hecho por todo lo alto y en mitad del proceso electoral para dejar claro que solo hay una opción: Emmanuel Macron. «La elección es simple. O se apoya a quienes defienden los valores de la UE o a quienes quieren destruir Europa», aseguró ayer el portavoz de la institución, Margaritis Schinas. 

La UE no ha dudado en poner toda su artillería al servicio del joven político liberal para asegurar la derrota de la bestia negra de Bruselas. ¿Por qué ahora? Schinas justifica la decisión: «Macron es ahora el único candidato que representa los valores de la UE por los que ha hecho campaña», aseguró. 

Bruselas se ha visto con terreno libre para influir políticamente y lo ha aprovechado. Pero, ¿por qué no se decanta igualmente de cara a las elecciones británicas de junio?  «En el Reino Unido la elección que está en juego es cómo quieren ser gobernados los británicos en los próximos años. Esto incumbe al pueblo británico, no a nosotros», explica la Comisión que niega estar interviniendo en los comicios franceses aunque reconoce que «tenemos herramientas a nuestra disposición para derribar euromitos de ser necesario». 

Aprender de los errores

¿Qué conclusiones puede sacar Bruselas de las elecciones francesas? En primer lugar que si quiere que la UE sobreviva, debe defenderla sin medias tintas. Durante la campaña del brexit, Juncker se mantuvo al margen, a pesar de lo mucho que estaba en juego. Y la UE perdió la batalla. En esta ocasión el luxemburgués se ha posicionado claramente en contra de Le Pen sin tener en cuenta sensibilidades. El proyecto europeo puede volar por los aires si la eurófoba asalta el Elíseo. Por eso la Comisión quiere convertir la segunda vuelta en un referendo sobre Europa. Otra de las lecciones que deberá asumir Bruselas es que los tiempos de las grandes coaliciones han muerto. Las recetas de los socialdemócratas y conservadores no cuentan con respaldo público.