Le Pen agita la amenaza yihadista para romper su techo en los sondeos

alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

PHILIPPE LAURENSON | REUTERS

Asegura que, si hubiera estado ella en el Gobierno, Francia no habría sufrido atentados como el de Bataclan

20 abr 2017 . Actualizado a las 07:48 h.

Faltan cuatro días para la primera vuelta de las elecciones presidenciales y Marine Le Pen busca un revulsivo para romper el techo que le auguran casi todas las encuestas. La líder ultraderechista endureció sus ataques contra la Unión Europea (UE), al igual que su mano derecha, Florian Philippot, quien calificó a la bandera comunitaria como «trapo oligárquico». La candidata populista había exigido previamente que se retirase el emblema europeo del plató de televisión en el que tenía prevista una entrevista, alegando que quiere «ser presidenta de Francia, no de la Comisión Europea».

La oficina del organismo en Francia respondió con un mensaje en su cuenta de Twitter en el que muestra el orgullo que le produce la bandera, «símbolo de unidad, de solidaridad y de armonía entre los pueblos de Europa». Philippot replicó con una advertencia desafiante: «Ya veréis, pronto vamos a meter en el armario vuestro trapo oligárquico. ¡Viva la bandera!», seguida de un emoticono con la insignia gala.

Le Pen también ha devuelto el tema de la inmigración al centro de su campaña en un último esfuerzo por movilizar su base de extrema derecha, aprovechando el clima de tensión que se produjo tras la frustración el martes de un atentado que tenía a François Fillon como objetivo. «El peligro del terrorismo islámico se infiltra en el flujo de migrantes para golpearnos en el corazón», dijo en un plató, reaccionando a la amenaza yihadista que pesa sobre las presidenciales.

En su mitin del pasado lunes insistió incluso en que un gobierno del Frente Nacional habría evitado los atentados que se produjeron en territorio galo. «Conmigo no habría habido un Mohamed Merah, francés gracias al derecho de suelo», declaró, refiriéndose al atentado de Toulouse de 2012. «Conmigo no habría habido terroristas migrantes en el Bataclan y en el estadio de Francia» porque «no habrían entrado en el país», añadió. Los medios no tardaron en denunciar la instrumentalización de la violencia que supone esta línea.

En oposición al recurso a la crispación de Le Pen, Jean-Luc Mélenchon ha relajado su tono combativo en relación con un posible frexit. En su mitin de Dijon del martes, retransmitido a otras seis ciudades vía holograma, pidió a sus adeptos que no crean «a los que dicen que quiere salir de Europa y del euro». Aunque euroescéptico, el programa del candidato de la Francia Insumisa precisa que las negociaciones para una salida de los tratados europeos «concertada» con el resto de miembros o «unilateral» pasarían por la Asamblea Nacional y que la decisión última se llevaría a referendo. El ex ministro de Economía espera que su demostración de fuerza del martes le abra las puertas a la segunda vuelta. 

En los sondeos, la distancia entre los cuatro favoritos se sigue estrechando. Le Pen y Macron se están estancando en relación con Fillon y a Mélenchon, aunque el centrista sigue liderando los pronósticos por muy poco. Sin embargo, los franceses están mucho menos indecisos. Una encuesta publicada el lunes por Elabe indica que tan solo un cuarto aún no ha tomado una decisión, comparado a un tercio a principios de mes. Además, la intención de voto general ha subido 6 puntos hasta colocarse en el 72 %, muy cerca de la media para unos comicios presidenciales.