Un tribunal de Kenia suspende el cierre del mayor campo de refugiados del mundo

Europa Press NAIROBI

INTERNACIONAL

DAI KUROKAWA | EFE

El Gobierno keniano anuncia que apelará la medida, mientras que las ONG celebran la decisión judicial

09 feb 2017 . Actualizado a las 20:01 h.

 El Tribunal Superior de Nairobi ha revocado este jueves el plan del Gobierno de Kenia de cerrar el campo de refugiados de Dadaab, el mayor del mundo y que alberga principalmente a somalíes, y ha considerado inconstitucional la repatriación de quienes viven en él.

En su sentencia, el juez John Mativo ha dictaminado que el ministro del Interior, Joseph Nkaissery, y el secretario principal del Ministerio, Karanja Kibicho, se excedieron en sus competencias al ordenar el cierre del campo, situado en el norte del país.

Además, según recoge el diario Daily Nation, el tribunal ha declarado inconstitucional la repatriación de los refugiados que viven en Dadaab, ya que considera que se trata de una medida discriminatoria. Por ello, ha declarado nulos los anuncios de repatriación de refugiados publicados en la gaceta oficial.

«La decisión del Gobierno específicamente dirigida a refugiados somalíes es un acto de persecución de un grupo ilegal y discriminatoria y por tanto inconstitucional», ha defendido el juez, que ha dado 30 días al Ejecutivo para apelar.

El Gobierno ya anunciado que apelará la sentencia. Su portavoz, Eric Kiraithe, ha insistido en que el atentado contra la universidad de Garissa en 2014, obra del grupo terrorista somalí Al Shabaab, fue planeado y ejecutado desde Dadaab, reiterando el argumento de seguridad esgrimido para su cierre.

Asimismo, ha defendido que Somalia cuenta desde este miércoles con un nuevo presidente electo y por tanto los refugiados podrán regresar a un país estable.

El ministro del Interior había anunciado el pasado mes de mayo el cierre de Dadaab para noviembre de 2016, alegando principalmente motivos de seguridad, si bien posteriormente amplió el plazo para proceder a la repatriación de los refugiados que viven en él.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia y el grupo Kituo Cha Sheria habían recurrido la decisión del Gobierno de cerrar Dadaab ante el tribunal, considerando que era discriminatoria y contraria al Derecho Internacional.

Reacciones

Los grupos de defensa de los Derechos Humanos también habían criticado la medida, por lo que han celebrado este jueves la decisión del juez de paralizar el cierre.

«Hoy es un día histórico para más de 250.000 refugiados que estaban en riesgo de ser devueltos a la fuerza a Somalia, donde habrían estado en grave riesgo de abusos de los Derechos Humanos», ha comentado Muthoni Wanyeki, de Amnistía Interncional, según la BBC.

«El Tribunal Superior ha enviado un fuerte mensaje de que al menos una de las ramas de gobierno de Kenia todavía está dispuesta a mantener los derechos de los refugiados», ha señalado por su parte Laetitia Bader, investigadora para África de Human Rights Watch (HRW).

«Tras meses de ansiedad por la fecha límite para el cierre del campo sobre sus cabezas, las cada vez más restringidas opciones de asilo y la reciente suspensión por parte de la Administración estadounidense del reasentamiento de refugiados, el veredicto del tribunal ofrece a los refugiados somalíes una esperanza de que todavía hay una opción que no sea volver a la insegura Somalia», ha añadido a Reuters.

Médicos Sin Fronteras (MSF), que trabaja en Dadaab desde 1992, ha acogido «con satisfacción» la decisión judicial. «El fallo de hoy constituye un paso muy positivo para las vidas de cientos de miles de refugiados que llevan atrapados en el limbo desde que se anunció oficialmente en mayo del año pasado el cierre», ha resaltado en un comunicado.

En este sentido, la ONG ha instado al Gobierno keniano a que «respalde la decisión» y ha defendido que «cualquier retorno de los refugiados a Somalia debe hacerse de manera voluntaria».

Dadaab se creó en 1991 para acoger a los somalíes que huían de la guerra civil en su país. En su punto álgido, llegó a albergar a hasta 580.000 refugiados, pero en la actualidad, según los datos del Gobierno keniano, acoge a unos 250.000, muchos de los cuales han nacido y crecido en el campo.