Los latinos de Florida tiemblan ante los rumores de deportaciones masivas

Julio Á. Fariñas A CORUÑA

INTERNACIONAL

Los rumores de deportaciones masivas que cada día circulan con mayor intensidad por las redes sociales mantienen en vilo a la populosa comunidad latina del estado norteamericano de Florida donde el 64% de la población es de origen hispano, de ellos 650.000 indocumentados.

04 feb 2017 . Actualizado a las 20:06 h.

Coordenadas de supuestas controles policiales callejeros y noticias falsas de redadas masivas invaden los teléfonos y hacen temblar a los latinos, tanto a los documentados, como a los indocumentados, como de aquellos que están pendientes de que se resuelva su petición de asilo político. Y ello a pesar de los desmentidos difundidos tanto por la policía de Miami como por el Departamento de Seguridad Nacional.

Son los efectos temporal desatado por el emperador Trump, al que cada día le encuentran más similitudes con el romano Nerón, al que los historiadores de la época señalan como instigador del incendio que arrasó Roma en la noche del 19 de julio del año 64 y luego culpó a los cristianos.

Que este ciclón tenga su epicentro en Florida no es casual, aquí el 64 % de la población es de origen hispano. Carlos Giménez, el alcalde republicano de Miami, parece tener especial empeño en congraciarse con Donald y así sacar su feudo de la lista de las 300 ciudades santuario que se niegan a arrestar y deportar los inmigrantes sin papeles.

En Florida, según datos del Migration Policy Instituto, residen 650.000 indocumentados, bastantes menos que en California -más de 3 millones- Texas -1,5 millones- y Nueva York, 870.000.

El muro, por fases

Lo de la constricción -más bien ampliación- del muro fronterizo con México, que parecía una fanfarronada más de campaña del actual inquilino de la Casa Blanca, todo apunta a que va en serio, aunque se hará por fases. «El muro se construirá primero donde sea más necesario y luego lo completaremos. Realmente espero tenerlo todo hecho en los próximos dos años». Son palabras del general Jhon Kelly, secretario de Seguridad Nacional, en una entrevista con la cadena Fox.

La obra no es barata. Las estimaciones más realistas apuntan que su presupuesto rondará los 20.000 millones de dólares. ¿De dónde saldrá el dinero si los mexicanos se empeñan en no pagarlo? Estamos examinando el tema del dinero, considero que la financiación llegará con relativa rapidez», dijo Kelly en la misma entrevista.

Se estima que hay cerca de 11,7 millones de inmigrantes mexicanos viviendo en los Estado Unidos, ya sea con estatus legal o no, una cifra que representa el 28 % de la población total de inmigrantes que ronda los 42 millones de personas. Ciertamente son una mayoría muy visible en el universo migratorio pero lo cierto es que no está yendo a más sino a menos. 

Evolución negativa

La tendencia de la llegada de mexicanos al Imperio lleva años evolucionando a la baja. Desde el año 2007 se venía calculando en cerca de 200.000 personas anuales, una estimación muy por debajo de la media reportada para la década de los años 90, cuando rondaba los 466.000 por año. Un informe del Pew Hispanic Center del año 2012 revelaba que hacia el año 2011 la población de no nacidos en los Estados Unidos de origen mexicano estaba decreciendo. Es decir, más mexicanos pudieran hoy día estar moviéndose de los Estados Unidos hacia México, que desde México hacia los Estados Unidos.

De hecho, los inmigrantes mexicanos no corresponden ya a la mayor corriente migratoria que entra hoy a los Estados Unidos. Desde el año 2013, China e India superan a cualquier país como los lugares de origen del mayor número de inmigrantes que han residido en EE.UU. por un año o menos.

El viejo discurso del nuevo Nerón

La hostilidad migratoria, especialmente contra los mexicanos, no es algo nuevo en el discurso del nuevo Nerón. Ya en mayo de 2015 en la llamada Cumbre por la Libertad celebrada en Carolina del Sur, Trump dijo que «México no se aprovechará más de nosotros, no tendrán más la frontera abierta. El más grande constructor del mundo soy yo y les voy a construir el muro más grande que jamás hayan visto». El pasado 25 de enero de este año ya firmó el decreto ejecutivo para comenzar su construcción.

Las ideas o creencias sobre las que reposa su agresiva política migratoria contra México, que han sido muy difundidas entre la opinión pública norteamericana desde hace muchos años, son simples, como todo el pensamiento del personaje, pero también falsas, según documenta con todo detalle el economista venezolano Leonardo V. Vera en un informe publicado días pasados en el digital Infolatam.

Trump afirma que los inmigrantes mexicanos toman empleos en los Estados Unidos que dejan cesantes o sin puestos de trabajo a los trabajadores de origen estadounidense, especialmente en el sector manufacturero. En segundo lugar, dice que los trabajadores de origen mexicano, por ser de muy baja calificación, están dispuestos a aceptar trabajos con bajas remuneraciones, depauperando el salario de los trabajadores de origen local. En tercer lugar añade que estos inmigrantes terminan representando una carga para el Gobierno Federal y para el contribuyente norteamericano, por el uso profuso que hacen del sistema de salud pública. Finalmente, los inmigrantes de origen mexicano son acusados de estar implicados en actividades delictivas y de haber influido en los indicadores de criminalidad del país.

Vera reseña e su informe numerosos estudios norteamericanos sobre la incidencia de la actividad migratoria en la estructura salarial, el empleo, el crimen y los programas sociales gubernamentales que desmienten categóricamente todas y cada una de afirmaciones que sustentan la política anti-migratoria de Donald Trump y sus asesores.

Así, estudios iniciados hace más de una década sobre el impacto de los inmigrantes mexicanos en la estructura salarial de los trabajadores de baja calificación nacidos en los Estados Unidos rechazan la hipótesis de que la entrada de inmigrantes mexicanos en empleos de baja calificación disminuye el salario de los trabajadores nativos norteamericanos.

Las investigaciones sobre los efectos de la entrada de trabajadores mexicanos en el empleo de los trabajadores nativos derrumban otro mito. Un estudio de la Comisión de Comercio Internacional de los Estados Unidos para medir justamente los efectos económicos de diferentes acuerdos de libre comercio firmados por los EE.UU. puso de manifiesto que entre 1994 y el año 2000 Estados Unidos pudo haber tenido una ganancia de hasta 270.000 mil empleos gracias al NAFTA (acuerdo de Libre Comercio con México y Canadá).

Otro estudio del año 2013 demuestra que la presencia de trabajadores inmigrantes de origen mexicano no tiene, en general, ningún efecto en las tasas de desempleo de los trabajadores nativos de los Estados Unidos pero si un efecto positivo -de mayor empleo- en los trabajadores nativos de alta calificación.

Sobre la supuesta presión que los trabajadores de origen mexicano ponen sobre el empleo en el sector manufacturero norteamericano, una acusación sistemática de Trump y sus partidarios, basta señalar que sólo el 6% de los trabajadores en la industria manufacturera norteamericana es de origen mexicano. Los trabajadores de origen mexicano se concentran especialmente en la agricultura, con una participación de 27 % y en la industria de la construcción con 15 % .

Tampoco es real la supuesta sobrecarga de los inmigrantes mexicanos sobre el sistema de salud pública. Datos recopilados en el año 2014 indican que entre los hijos de nativos mexicanos menores a los 18 años existe una proporción de 120 por cada 1.000 sin acceso a seguro de salud en los Estados Unidos, mientras que en la población nativa la razón es de 10 por cada 1.000. A pesar que la población de origen mexicano es apenas el 4 % de la población total del país, en la población sin seguro de salud representan el 13 %. Cerca de 6,4 millones de nativos mexicanos viven en los EE.UU. sin cobertura de salud, lo que representa más 50 % de la población de ese origen. La falta de cobertura de salud es más dramática en los trabajadores agrícolas (71 %), en la construcción (69 %), y en los servicios de baja calificación (63 %), donde justamente las incidencias por accidentes y enfermedades son mayores.

Otro estudio reciente por la Universidad de California (Berkeley) indica que la población de origen mexicano es la que hace un menor uso del sistema de salud en los Estado Unidos ¿Cómo pueden entonces los inmigrantes de origen mexicano haber colapsado el sistema de salud pública norteamericano sin no son ni remotamente sus mayores usuarios?

  La criminalidad

Los mitos se revelan más grotescamente cuando se analiza el tema criminal. Para nadie es un secreto que la tasa de criminalidad en los Estados Unidos ha venido bajando en los últimos años, e incluso ha bajado mucho más en los estados más expuestos al crecimiento de la migración. De acuerdo a los datos reportados por el FBI, entre las ciudades con más de 500.000 habitantes, las cuatro con las menores tasas de criminalidad son San Diego, Phoenix, El Paso, y Austin?todas en estados fronterizos con México y con una muy alta proporción de inmigrantes mexicanos.

Le crecen los enanos

A las iniciativas de este peligroso Nerón en el que algunos ven una mezcla de Mussolini, Jean-Marie Le Pen y Ruiz-Mateos y Gil Gil, afortunadamente le están creciendo los enanos por doquier. Cada vez son mas los congresistas republicanos que cuestionan la mayor parte de sus iniciativas. El poder judicial ya empezó a plantarle cara y su reacción no fue otra que cesar a la Fiscal General del Estado. Numerosos diplomáticos a los que les toca apagar los fuegos ya se han empezado a posicionar contra su política exterior.

A los yuppies de Silicon Valley, el núcleo de la creatividad y el dinamismo de la economía estadounidense -Google, Amazon, etcétera- tienen muy claro que sus medidas anti inmigración le cierra puertas a los talentos que llegan de todas las partes del mundo, independientemente de su raza o religión. Las manifestaciones callejeras que empezaron por los aeropuertos se suceden a diario a lo largo y ancho de país, recordando las de los tiempos de la guerra de Vietnam, pero con un público más heterogéneo.

En la comunidad internacional las reacciones también se empiezan a dejar sentir. Por lo de pronto el Parlamento Europeo no le ha dado el plácet al nuevo embajador.

Este nuevo Nerón loco, narcisista y peligroso no solo supone una grave amenaza para la paz social, también lo es para el libre comercio mundial, algo en lo que hasta ahora su país ha venido siendo pionero. Ya retiró a los Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico, quiere revisar el TLCLAN (Nafta) suscrito con Canadá y México en 2004 y otros tratados vigentes de Libre Comercio de los Estados Unidos con otros países como Colombia, Chile, Perú, Centroamérica, República Dominicana, Panamá, Corea del Sur, Australia, Singapur, Bahréin, Omán, Jordania, Marruecos e Israel se pueden ver amenazados en cualquier momento.

Cabe recordar que EE.UU es el principal importador de mercancías del mundo y el segundo exportador a nivel mundial, y también es el principal importador y exportador de servicios. La geoeconomía dice que los espacios que un país abandona, otros lo aprovecharán, sin duda será el caso de China, por ejemplo, en el área del Pacífico.

Si alguien no le para los pies desde el Estado de derecho no queda más salida que la proclama de Mafalda: «Paren el mundo que me quiero bajar».