La fiscalía gala abre una investigación a Fillon por el falso empleo de su mujer

Alexandra F. Coego PARIS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

LIONEL BONAVENTURE | Afp

El escándalo amenaza su ventaja electoral y da nuevas esperanzas a los socialistas

26 ene 2017 . Actualizado a las 08:04 h.

François Fillon se ha mantenido hasta ahora en lo más alto de los sondeos de cara a las elecciones presidenciales francesas. Sin embargo, las recientes acusaciones de haber creado un empleo ficticio para su esposa, Penelope Fillon, amenazan su hegemonía. Tras la revelación del caso por parte del semanario satírico Le Canard enchaîné, la fiscalía de París ha abierto una investigación preliminar. El examen será llevado a cabo por la oficina central de lucha contra las infracciones financieras y fiscales, especializada en malversación de fondos públicos y abuso de bienes sociales. Según publicó el periódico, Penelope Fillon estuvo empleada como asistente parlamentaria entre 1998 y 2002, más seis meses en 2012. Además, de 2002 a 2007, fue colaboradora de Marc Joulaud, el sustituto de Fillon cuando este fue nombrado ministro. A lo largo de todos sus años de servicio, habría ganado medio millón de euros.

En Francia es legal que los parlamentarios contraten asistentes. El problema con Penelope Fillon es que, por el momento, nadie recuerda haberla visto trabajar. Jeanne Robinson-Behre, asistente parlamentaria, declaró a Le Canard enchaîné que nunca trabajó con ella y que la conocía «solo como la mujer del ministro». Lo mismo afirmó Christine Kelly, autora de una biografía de Fillon, quien «nunca escuchó que la señora Fillon trabajara». La propia Penelope Fillon mantuvo durante años ante la prensa que era solo ama de casa. Hace tan solo tres meses insistió en un reportaje que «hasta ahora, nunca [se] había implicado en la vida política» de su marido. 

Las filas de Fillon han puesto en marcha su maquinaria para que el escándalo no pese en su popularidad. El portavoz del candidato, Benoist Apparu, envió una nota a la prensa explicando que «siempre ha trabajado en las sombras» y que «hacía un trabajo de circunscripción», fuera de París. Por su parte, Fillon criticó la «misoginia» del artículo hacia su mujer y se negó a hacer más comentarios. Sin embargo, el silencio del ultraconservador no durará: el domingo celebrará su primer gran mitin desde su victoria, a finales de noviembre. El programa de Fillon es radical en cuestión de austeridad, particularmente en lo concerniente a la administración pública. Si la fiscalía determina que el empleo de su esposa fue ficticio, la pérdida de credibilidad podría acabar con sus ambiciones presidenciales.

Ello significaría un rayo de esperanza del lado de la izquierda, cuya fragmentación anuncia una derrota en la primera vuelta de los comicios. Manuel Valls, candidato a la primarias socialista, insistió ayer en una entrevista que «ahora François Fillon debe dar explicaciones, es el candidato de la transparencia». Su rival en la segunda vuelta, Benoît Hamon, fue más allá y propuso que «todo parlamentario deje de tener el derecho de emplear un hijo, un primo, un padre o su mujer». Ambos se enfrentaron ayer en el último debate antes de la votación del domingo, que determinará el candidato con el que los socialistas intentarán darle la vuelta a los pronósticos de las encuestas