Según The Washington Post y The New York Times, que han tenido acceso al borrador, no existe una mención expresa a las cárceles secretas o los interrogatorios, pero sí que ha sido interpretado como una puerta abierta a algunas de las prácticas más oscuras de la guerra contra el terror de Bush.
El senador republicano John McCain ha advertido de que Trump «puede firmar las órdenes ejecutivas que quiera», pero «la ley es la ley». «No vamos a recuperar la tortura en Estados Unidos», aseguró este veterano político, que pasa por ser una de las voces más críticas con los planes de Donald Trump.