México teme al «gasolinazo» y a las relaciones con Donald Trump

HÉCTOR ESTEPA BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

ALFREDO ESTRELLA | AFP

La popularidad de Peña se derrumba a 18 meses de las presidenciales

03 ene 2017 . Actualizado a las 18:58 h.

México encara el inicio del 2017 como un Tourmalet. La segunda mayor economía de América Latina se enfrenta a la subida a un particular puerto de montaña económico y político dificultada, además, por la llegada del magnate Donald Trump a la Casa Blanca. Los baches aparecerán desde el primer día. Lo harán donde más duele: en el bolsillo de los ciudadanos. La gasolina empezó el año con subidas de entre el 14 y el 20 %. Todo un mazazo. «El gasolinazo», lo han bautizado en México. Analistas anticipan que el alza generará presiones inflacionarias. Y seguramente también descontento, un año y medio antes de las elecciones presidenciales de 2018 y con un Gobierno cuya popularidad está en niveles muy bajos.

La mastodóntica crecida de precios se debe a la puesta en marcha definitiva de las leyes de la Reforma Energética del 2014. Suponen la liberalización parcial del mercado y que la empresa paraestatal Pemex pierda un monopolio de casi 80 años.

México ya ha registrado desabastecimiento de petróleo en ciertos estados durante las últimas semanas. Se debe en parte a las llamadas compras del pánico ante la subida de precios. No es la única razón. Al miedo de los consumidores se le unen los robos de combustible en estados donde operan bandas criminales y a las revisiones en algunas refinerías del país.

También hay que tener en cuenta la situación financiera de Pemex, inmersa en una gran crisis económica. Ha recortado un 20 % de su presupuesto para afrontar sus problemas. Su producción podría no superar los dos millones de barriles diarios en el 2017, la menor cantidad desde hace más de tres décadas.

Las leyes económicas son difíciles de modificar. El aumento del precio de la gasolina provocará inflación en la mayoría de los productos del país. Alrededor de un 80 % del transporte y distribución de bienes en México se realiza por carretera a través de camiones. El combustible supone entre el 25 y el 30 % del precio del viaje. Los expertos prevén, atendiendo a los datos, una inflación de entre 4,5 y 5 puntos, superior al 3 % pronosticado por el gobierno.

Posible caída de inversiones

A ello se le suma la subida del dólar -casi un 20 % en el 2016-, espoleada por el precio de la gasolina y la incertidumbre por la elección de Donald Trump. El magnate aboga por el proteccionismo económico y esa nueva perspectiva preocupa en México. Washington es el principal socio comercial del país azteca y teme una caída de las inversiones.

No menos preocupante es para México la política migratoria. Trump ha prometido construir un muro en la frontera Norte de México, aunque parece difícil que vaya a poder hacer pagar su construcción a los mexicanos.

El nuevo presidente se niega tajantemente, asimismo, a regularizar a los 11 millones de simpapeles que viven en territorio estadounidense. Buena parte de ellos son mexicanos. Muchos podrían ser deportados. «Cuando México envía a su gente, no envían a los mejores. Envían gente que tiene muchos problemas», señaló Trump en su campaña electoral.

El presidente Enrique Peña Nieto gastó un cartucho político invitando al magnate a México antes de las elecciones estadounidenses. Asistirá a la subida del precio de la gasolina y al aumento de la inflación en medio de una crisis de popularidad. Solo el 24 % de los ciudadanos aprueban su gestión. Un 69 % lo reprueba a un año y medio de las elecciones. Se avecinan unos meses complicados para el mandatario mexicano.