Trump enfría el deshielo con Cuba

Adriana Rey NUEVA YORK / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Drew Angerer | Afp

Amenaza con poner fin a la apertura si el régimen no negocia «un acuerdo mejor»

29 nov 2016 . Actualizado a las 07:27 h.

Desde la muerte de Fidel Castro, el foco de atención se situaba sobre qué haría finalmente el cambiante Donald Trump sobre la política de deshielo impulsado por Barack Obama y Raúl Castro. «Si Cuba no está dispuesta a hacer un acuerdo mejor para el pueblo cubano, los cubano-americanos y Estados Unidos en su conjunto, pondré fin al acuerdo», sentenció el presidente electo en Twitter. En definitiva, no está dispuesto a mantener unas relaciones en las que Washington no obtiene nada a cambio.

Toda una declaración de intenciones que minutos más tarde apuntalaba su director de comunicación, Jason Miller. Los términos del acuerdo que pretende cambiar se refieren a «la liberación de prisioneros políticos, el retorno de los fugitivos de la ley estadounidense (calculados en unos setenta) y la libertad política y religiosa para todos los cubanos que viven oprimidos».

No es tan fácil

«No es tan fácil como puede parecer en un tuit», advertía el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. «Deshacer esa política tendrá un impacto económico en Estados Unidos y en Cuba», añadía.

La reacción del multimillonario -primer presidente estadounidense desde la revolución cubana que se sentará en el despacho oval sin Fidel en la isla- está en la misma línea de aquellos grupos del exilio que piden revertir el acuerdo, además de los pesos pesados del ala dura del Partido Republicano que han presionado durante años para evitar la normalización de relaciones. Ahora, posiciones como la de Mauricio Claver-Carone, miembro del equipo transición, los senadores Ted Cruz, Marco Rubio o el futuro jefe de gabinete, Reince Priebus, cobran especial importancia.

Está por ver si, cuando llegue al poder, Trump da seguimiento a esa amenaza con una oferta de renegociación al régimen cubano. Muchos siguen sin fiarse de la palabra de alguien que en menos de un año, pasó de apoyar el levantamiento del embargo a amagar con revertir la apertura. Conviene recordar que durante las primarias, Trump fue el único aspirante republicano que apoyó la apertura hacia Cuba, para después, meses más tarde, cambiar de discurso en una desesperada búsqueda de votos en Florida.

Además, varios analistas en Washington estiman que no cumplirá con sus amenazas y que acabará cediendo ante unos intereses comerciales estadounidenses, que ya han comenzado a poner sus semillas en Cuba. Así, estas empresas podrían llegar a exigir que las condiciones pactadas durante el deshielo, no fuesen cambiadas.

Los expertos señalan también que la futura Administración Trump deberá tener en cuenta a la opinión pública. Según un informe del Centro de Estudios Pew en 2015, un 73 % de los estadounidenses apoyan la normalización de relaciones con Cuba y el fin del embargo. Es más, un 59 % de republicanos aseguran estar de acuerdo con el proceso.

Primer vuelo desde EE.UU. a La Habana

Un saludo con un cañón de agua recibió ayer en el aeropuerto José Martí, el primer vuelo regular de EE.UU. a La Habana en más de 50 años. Desde agosto, las aerolíneas han estado volando al interior de Cuba, pero la capital aún estaba vedada. Los pasajeros de America Airlines, que había partido de Miami, no tenían idea cuando compraron sus billetes que el vuelo coincidiría con los funerales de Fidel. «Es una experiencia única», dijo una estadounidense. Dos horas después llegó uno desde Nueva York. A partir de hoy saldrán a diario cuatro vuelos desde Miami, uno desde Charlotte y otro desde Nueva York.