El ladrón de calabazas que agita conciencias

Pedro García CARACAS

INTERNACIONAL

Un adolescente detenido por robar estos frutos, imagen del hambre en el país

29 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En Venezuela, un país en aguda crisis alimentaria, una serie de detenciones por hurtos de comida han desatado la polémica, especialmente el caso del ladrón de calabazas. Su historia conmueve a los venezolanos desde el pasado domingo, cuando la Guardia Nacional anunció, vía Twitter, la detención de un joven de apenas 16 años por haber hurtado cinco pequeños ejemplares de estas cucurbitáceas en Zulia, al oeste del país.

La foto de la detención, que tuvo amplia repercusión, muestra de espaldas al joven, casi un niño, con las cinco calabazas y dos guardias nacionales, apenas mayores que él, armados con sus fusiles. En Sucre, al otro extremo de Venezuela, un hombre mató a sus dos hijos como castigo porque se comieron dos panes que él guardaba. Ocurrió también el pasado fin de semana.

En el caso del adolescente, la indignación popular llevó a la Fiscalía a desestimar los cargos por hurto. La decisión coincidió con otra del Tribunal Supremo de Justicia que prohibía a la opositora Asamblea Nacional investigar al embajador de Venezuela ante la ONU y previamente presidente de la petrolera estatal, PDVSA, por delitos de corrupción que, según la pesquisa previa del Parlamento, alcanzaban 11.000 millones de dólares, dinero más que suficiente para alimentar a toda Venezuela durante un año.

«Mientras la policía celebra la detención de un joven que robó cinco calabazas, el Gobierno ignora el caso de los sobrinos Flores», señaló el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Jesús Torrealba. Hacía referencia a los familiares de la primera dama de Venezuela, que han sido condenados por narcotráfico en Estados Unidos. Los Flores fueron tratados como «víctimas» y «pobres muchachos» por la bancada chavista en el Parlamento, después de intentar introducir 800 kilos de cocaína en Estados Unidos y jactarse ante agentes encubiertos de la DEA de hacerlo a través del hangar de la Presidencia de la República, en el principal aeropuerto de Caracas.

En sus críticas, otros portavoces políticos señalaban que precisamente Hugo Chávez, el fallecido presidente venezolano, inició su mandato cuestionando que se metiera en prisión a gente por robar por hambre. «Esa foto es el cierre de este capítulo trágico de nuestra historia. Es una imagen que hiere la sensibilidad en una tierra legendaria por sus recursos, que concluye la etapa de mayores ingresos de toda su historia con gente alimentándose directamente de la basura», señaló Laureano Márquez, reputado politólogo y columnista venezolano de origen canario. 

Buscando en los desperdicios

Lo cierto es que en Caracas, a las 10 de la noche, no queda una bolsa de basura entera. Todas han sido saqueadas por gente que come directamente de los desperdicios en medio de una escasez generalizada, con una inflación del 700% este año y con un 20% de los niños sufriendo malnutrición, según señaló a La Voz Susana Raffalli, experta de la Fundación Bengoa, dedicada a la nutrición en el país sudamericano. Las cifras son de julio, pero las que se van a presentar en diciembre «muestran un agravamiento», según datos preliminares que maneja Raffalli.

Otros registros, los extraoficiales presentados por Luis Pedro España, investigador de la Universidad Católica Andrés Bello, señalan que el 8 % de los venezolanos se alimentan parcial o totalmente de desechos.

En el centro de Caracas, en Candelaria, zona de buenos restaurantes españoles, los propietarios clasifican las sobras para que la gente pueda alimentarse, según indicó a este periódico un restaurador que prefiere mantenerse en el anonimato. «Parte el alma, pero es poco más lo que podemos hacer», señaló. Las noches caraqueñas, que solían ser animadas, hoy parecen el escenario de una película de zombis.