El régimen convierte el adiós a Fidel Castro en un acto masivo de adhesión

héctor estepa LA HABANA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

ADALBERTO ROQUE | Afp

El Gobierno «invita» a firmar un juramento de lealtad a la revolución

29 nov 2016 . Actualizado a las 07:41 h.

Una amalgama de sentimientos recorre el ambiente. Algunos contienen las lágrimas. Otros lanzan proclamas a gritos. Miles de cubanos acudieron ayer a la célebre plaza de la Revolución de La Habana para dar su último adiós a Fidel Castro. Aguantaron una interminable fila. Muchos tuvieron que esperar más de cinco horas bajo un sol de justicia para saludar a quien dirigió los designios de la isla durante casi sesenta años.

«Fidel es un prócer. Un maestro que extendió por el mundo el internacionalismo proletario», explica Eusebio Romero. El octogenario cubano es veterano de la revolución. Luchó con Fidel en Sierra Maestra. Lo demuestra una medalla que luce orgulloso en su pecho. La insignia está decorada con la bandera cubana. Es de plata -o plateada- y le reconoce como combatiente contra la dictadura de Fulgencio Batista.

«Puro organizador»

Subió al monte con 15 años. Le dijeron que se volviese. Él se negó. Le dieron una pala y cavó una trinchera. Así pudo quedarse: «Mira que en aquella época la verdad es que tampoco tenía un ideal político claro. Me inspiraron algunas películas», admite divertido. Recuerda al Fidel guerrillero, aunque no tuvo trato directo: «Él era un puro organizador. Estaba presente en todos los frentes. Siempre se hacía lo que él quería».

En la larga fila hay personas de todas las edades. Estudiantes -en uniforme perfectamente presentado- se mezclan con policías, militares, funcionarios de las instituciones del Estado y todo tipo de trabajadores. Se dirigen al memorial dedicado al héroe nacional José Martí, donde se realiza el homenaje. Quienes esperaban ver las cenizas de Fidel, se llevaron una desilusión. No estaban allí, como se había prometido. En su lugar, cuelga una fotografía de un joven Fidel con uniforme de campaña y mochila al hombro en Sierra Maestra, flanqueado por carteles con los fundamentos de la revolución, en medio de varias coronas de flores.

Se espera que los restos de Fidel sean transportados hoy hasta la plaza de la Revolución. Allí se celebrará, esta tarde, un multitudinario acto de despedida, con la presencia de varios jefes de Estado de todo el mundo. Acudirá, en representación de España, el rey emérito Juan Carlos. «Fidel dio a conocer a Cuba en el planeta y eso se lo agradecemos», comenta el profesor Alberto Molina entre la multitud, refiriéndose a la visita de los dignatarios extranjeros.

En un lugar destacado estará el venezolano Nicolás Maduro. Caracas ha supuesto un sustento para el pueblo cubano en los últimos años. La ayuda ha llegado en forma de petróleo, a cambio de doctores cubanos. La crisis económica venezolana ha significado, sin embargo, que los suministros hayan descendido considerablemente. A muchos cubanos no les da miedo: «Mire usted, en el periodo especial no había ni cafeterías. No caímos ni durante la crisis de los misiles ni con la caída del muro. La pena es que si se vuelven los médicos cubanos que hay en Venezuela, quienes lo van a pasar mal son ellos», comenta Miguel Fuentes, militar de carrera.

Entre la multitud destaca Edgar Tijerino. Ha acudido al homenaje ataviado con una bata de médico. Es oncólogo: «Sin Fidel no hubiese podido estudiar medicina», asegura. Cree que nada va a cambiar en Cuba con la muerte del ex presidente: «Raúl Castro ha dicho que renunciará en el 2018. Incluso aunque eso ocurra, y el resto de la generación histórica deja la política, su relevo ha sido ya bien establecido», apunta. Él, como todos los cubanos que lo deseen, tendrá la posibilidad de dejar constancia de su apoyo a los principios revolucionarios firmando en los libros oficiales habilitados en todos los barrios del país. Según France Press, suscriben un inusual juramento de lealtad con la revolución que instauró y defendió hasta su muerte el carismático líder.

Putin se ausentará del funeral para no incomodar a Trump

La muy negativa opinión que tiene Donald Trump del régimen cubano parece haber disuadido a Vladimir Putin de asistir al sepelio de Fidel Castro para no comprometer su futura relación con la Casa Blanca. A los funerales no asistirá tampoco el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev. A Cuba acudirá una delegación de rango secundario encabezada por el presidente de la Duma (Cámara baja), Viacheslav Volodin, informa Colpisa.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, explicó que Putin «tiene una agenda muy apretada (...) está preparando el mensaje ante la Asamblea Federal, que es una de las principales actividades del año». La comparecencia del presidente ante diputados y senadores tendrá lugar el jueves, lo que le permitiría trasladarse a la isla para participar en las exequias. Putin ha impulsado en los últimos años las relaciones con La Habana, que llegaron a estar casi muertas en la década de los 90, y sobre todo el eje que pasa por Caracas, Managua, Quito y La Paz.

Al funeral de Estado, que tendrá lugar hoy en la plaza de la Revolución, asistirán dignatarios de todo el mundo. Entre los primeros en aterrizar ayer estuvieron las delegaciones de Vietnam y Argelia. Hoy se espera la llegada del primer ministro griego, Alexis Tsipras, que será el único jefe de Gobierno europeo. Tampoco faltarán mandatarios amigos como el nicaragüense Daniel Ortega, el boliviano Evo Morales o el ecuatoriano Rafael Correa. Asimismo, está confirmada la presencia del mexicano Enrique Peña Nieto y el panameño Juan Carlos Varela.

La presencia del rey Juan Carlos fue cuestionada ayer por Ciudadanos, que indicó que un secretario de Estado bastaría para despedir al «dictador». En el lado opuesto, Podemos criticó que no viaje el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, y anunció que va a enviar una delegación para asistir al acto de la plaza de la Revolución, según informó el partido morado a Europa Press.