Uruguay, nueva base logística del tráfico de cocaína hacia Europa

Julio Á. Fariñas MONTEVIDEO

INTERNACIONAL

La República Oriental del Uruguay, «la Suiza de América Latina», está adquiriendo cada día un mayor protagonismo en el negocio de la cocaína, como base logística en el transporte marítimo hacia Europa.

27 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Está considerado como el país con las instituciones más sólidas y con el nivel de seguridad más alto de América Latina. Un reciente informe del Departamento de Estado estadounidense, indica que «Uruguay no es un país productor de narcóticos importante y tiene bajos niveles de corrupción relacionados con la droga». Sin embargo alerta de que «traficantes  extranjeros se aprovechan de sus porosas fronteras con Argentina y Brasil y utilizan Montevideo como base para la logística y las operaciones de tránsito».

El incremento del tráfico de drogas por su territorio  también ha contribuido al aumento del consumo de las mismas en el país. Citando datos de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, el diario El Observador informaba que Uruguay tiene actualmente la tercera tasa de consumo de cocaína en Suramérica, después de Chile y Argentina.

La nueva situación política de Argentina tras la caída del kirchnerismo y el talante con el que la administración de Mauricio Macri está abordando el fenómeno de la corrupción  le está restando protagonismo a ese país como puerta de salida de la producción de cocaína andina hacia los mercados europeos y los emergentes asiáticos.

Ubicación óptima 

Narcos colombianos y mexicanos que operan por estas rutas están apostando cada vez más por Uruguay como base alternativa. Este país -el segundo más pequeño de Latinoamérica- ofrece una ubicación geográfica óptima. Está separado de Argentina por el río de la Plata y, más al norte, por el río Uruguay. Hacia el noreste, comparte con Brasil una frontera terrestre de 1.068 kilómetros de largo. Al sur tiene una larga costa sobre el Atlántico Sur.

Según las autoridades uruguayas,  la mayoría de las incautaciones de drogas se producen en los tres puentes que cruzan el río Uruguay, pero reconocen la porosidad de la frontera con Brasil y admiten que es probable que también se dé un importante comercio transfronterizo ilícito allí. 

El puerto de Montevideo 

El de la capital es el principal puerto de Uruguay y un importante centro de transporte marítimo internacional. Es el puerto que, según el aludido informe del Departamento de Estado,  están utilizando cada vez más las redes transnacionales de drogas como puente para el mercado europeo de la cocaína.

Las autoridades uruguayas sostienen que  el crimen organizado no es un problema importante. Admiten que  en las ciudades de todo el país operan pequeñas bandas que en ningún caso alcanzan el nivel  de las poderosas pandillas callejeras del resto de Latinoamérica y que se limitan principalmente al microtráfico. Fuentes policiales citadas por el portal especializado InSight Crime no son tan optimistas. Señalan que grupos criminales peruanos y colombianos están activos aquí. Uruguay, además de servirle como lugar de tránsito para la cocaína les ofrece un  gran atractivo para lavar las ganancias ilícitas, al tratarse de un país con una economía altamente dolarizada. 

También los mexicanos 

Los cárteles mexicanos. parece que ya han hecho acto de presencia por estas latitudes. El pasado 22 de abril, la policía de Montevideo detuvo a 11 personas, entre ellas el ciudadano mexicano Gerardo González Valencia. Según el semanario uruguayo Búsqueda, Gerardo es hermano de Abigael González Valencia, presunto cabecilla de Los Cuinis, una organización relativamente desconocida de la que se cree que es aliada del poderoso Cartel de Jalisco - Nueva Generación (CJNG).

Según el diario El País de Uruguay, las autoridades locales sospechan que González Valencia lavaba dinero para Los Cuinis a través de inversiones en inmuebles en la zona turística de Punta del Este. 

El de Los Cuinis ha sido descrito como «el cartel más rico de México».Según  fuentes consultadas por el semanario mexicano Proceso, obtienen ingresos importantes de su control sobre los mercados asiáticos y europeos de cocaína y metanfetaminas.

 La presencia de narcos mexicanos en Uruguay, según algunas informaciones, no es nueva. Gerardo González Valencia había estado viviendo en Uruguay desde 2011.