El encuentro en el que el magnate inmobiliario le hizo esta petición a Farage ocurrió poco después de su victoria en la contienda a la Casa Blanca, lo que según el rotativo neoyorquino «plantea nuevas dudas sobre la voluntad de Trump de usar su poder como presidente en beneficio de sus intereses empresariales».
Un asesor de comunicaciones de Farage, Andy Wigmore, presente en la reunión, explicó al periódico neoyorquino que a Trump «simplemente no le gusta que (los molinos eólicos) le estropeen la vista» desde su campo de golf, ubicado cerca de la costa de Aberdeen.