Más de 300 inmigrantes desaparecidos en el Mediterráneo los dos últimos días

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ANTONIO PARRINELLO | reuters

Al menos 96 personas siguen desaparecidas después de que una lancha motora, procedente de Libia con destino a Italia, se fuese a pique

18 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Esta tragedia es simplemente insoportable». Es la cruda y sincera confesión que hizo ayer el portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Flavio Di Giatomo, después de que se confirmase la muerte de otros 340 migrantes en cuatro nuevos naufragios en el Mediterráneo central en las últimas 48 horas. Sus nombres se suman a la larga lista del 2016. En este año especialmente mortífero, 3.930 personas han perdido la vida. 

Activistas y oenegés están desesperados y desbordados por la magnitud de la catástrofe humana que se desarrolla silenciosa en la frontera sur de la UE. «Cada día hay un desastre», aseguran desde Médicos Sin Fronteras. La organización trasladó en su nave Bourgon Argos a las 27 personas que la embarcación británica Enterprise, en misión europea, logró rescatar del agua después de que la motora en la que viajaban desde Libia con destino a Italia se fuese a pique. También subieron a bordo los siete cadáveres que recuperaron del mar. Al menos 96 personas siguen desaparecidas

Los siniestros coinciden con el pico más alto de la crisis migratoria en la región. Según la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex), en octubre se registró «un incremento sin precedentes» del número de desplazados llegados a Italia (27.500). En lo que va de año, el país ha recibido 159.000 personas, un 13% más que en el 2015. Frontex lo achaca a la mejora del tiempo, pero lo cierto es que las crisis al otro lado del Mediterráneo no remiten, la situación en Libia sigue siendo «tremendamente grave e inestable», según un diplomático de la UE, y los traficantes operan con impunidad ante la falta de eficacia europea en la lucha contra las mafias. 

Por si fuera poco, Frontex y sus funcionarios se enfrentan a denuncias vertidas por las oenegés que trabajan sobre el terreno en el área central y oriental (vía Turquía-Grecia) del Mediterráneo. Las organizaciones han documentado casos en los que la agencia habría violado los derechos humanos de los desplazados en las zonas fronterizas, incluyendo las «devoluciones en caliente». El director ejecutivo del organismo, Fabrice Leggeri, negó ayer de forma tajante las acusaciones ante la Eurocámara y aseguró que vigilan de forma estrecha el cumplimiento de la legislación en todas sus operaciones fronterizas. Sobre los violentos incidentes que tuvieron lugar en Grecia manifestó que Frontex «actuó como testigo» y que «ninguno de los buques estuvo directamente implicado» en los tiroteos que intercambiaron los guardacostas con supuestos traficantes de personas.