La oposición nicaragüense no reconoce la victoria de Ortega y la califica de «farsa electoral»

Héctor Estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

OSWALDO RIVAS | REUTERS

El exguerrillero se alzó con la victoria con un 72 % de los votos

08 nov 2016 . Actualizado a las 00:39 h.

Daniel Ortega arrasó en las elecciones de Nicaragua, que la oposición no reconoce y califica de farsa. El exguerrillero superará en años de mandato a Anastasio Somoza García, el patriarca de la dinastía de dictadores combatidos por el Frente Sandinista. Se alzó con la victoria con un 72 % de los votos. El segundo partido más votado fue el Liberal Constitucionalista, con un exiguo 15 %.

Ortega jugaba, según sus detractores, con varios ases en la manga. El principal grupo opositor, ganador de un 31 % de los votos en las elecciones del 2011, no pudo participar en los comicios debido a varias decisiones judiciales que propiciaron su expulsión de la Asamblea Nacional y evitaron la posibilidad de que confluyesen en las urnas bajo otras siglas. 

Los opositores culpan a Ortega de no haber podido presentarse a las urnas. Denuncian que la Justicia y el resto de poderes del Estado están bajo el control de Ortega y abogaron por la abstención. Por eso ayer todas las miradas estaban atentas al dato de participación. El poder electoral, controlado por el oficialismo, cifró la abstención en el 34,7 %. Esa cifra fue discutida ayer por la oposición. Un informe del Frente Amplio por la Democracia (FAD), siglas bajo las que se han constituido sus líderes, clamaba que la abstención superó en realidad el 70 % de los electores. Calificaron los comicios de «farsa electoral y fraude constitucional». «Hubo presión a los funcionarios públicos y sus familiares para obligarlos a votar y se continuaron cometiendo delitos electorales, tales como el uso de recursos públicos en las actividades partidarias del régimen», denunciaron. Por ellos no reconocen los resultados. El próximo paso, avisan, es la desobediencia civil activa. Poco podrán hacer desde una Asamblea Nacional donde Ortega contará con una mayoría absoluta muy ampliada con respecto a la saliente.

«Antes de que abrieran los centros, el régimen de Ortega manipuló el sistema y usó su poder y control sobre el Consejo Electoral, el poder judicial y cualquier otra institución para garantizar permanecer en el poder a toda costa», señaló también Ileana Ros-Lethinen, la congresista republicana estadounidense, de origen cubano, precursora de una legislación para impedir préstamos a Nicaragua.

Su mujer, vicepresidenta

Ortega, muy popular en muchos sectores de la población, por la seguridad reinante en el país, el crecimiento sostenido de la economía y sus políticas sociales, contará ahora con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta. «Este es un voto para la paz, para la estabilidad, para la seguridad de las familias nicaragüenses», señaló el mandatario. Podría mantenerse en el poder hasta enero del 2022. Tiene desafíos a la vista. El órdago de Washington y la disminución de la cooperación petrolera venezolana le obligarán a hacer reformas si quiere mantener sus políticas sociales.