Maduro concentra sus ataques en el partido de Leopoldo López

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

HANDOUT

El presidente venezolano intenta dividir aún más a la oposición

03 nov 2016 . Actualizado a las 07:47 h.

La respuesta del presidente venezolano, Nicolás Maduro, a la decisión de la Mesa de la Unidad Democrática de suspender la convocatoria a una manifestación que se realizaría hoy hacia el palacio presidencial -y diferir el juicio político en contra del mandatario- fue llamar «terroristas» a los miembros de uno de los partidos de la coalición opositora, Voluntad Popular (VP); «bobo» al secretario general de otro de los movimientos que integran el grupo, Julio Borges; y «rey del perico» (un eufemismo para calificarlo de drogadicto) a Henrique Capriles, líder fundamental del movimiento opositor.

Los partidos de la MUD salieron en pleno a respaldar a Voluntad Popular, el partido de Leopoldo López, aislado desde hace cinco días en la prisión militar en la que purga una condena de 14 años de cárcel, según denunció su mujer, Lilian Tintori, y su abogado. Entre los opositores cunde un desánimo que amenaza con crear una fractura no solo entre los partidos, sino entre los ciudadanos y los dirigentes.

En un comunicado, VP -el de posición más firme contra el Gobierno de Maduro entre los cuatro que componen el grupo que toma las decisiones dentro de la MUD- señaló que «el endurecimiento del aislamiento contra López se produce en momentos que el régimen de Maduro pide a la oposición venezolana sentarse en un proceso de diálogo», que Voluntad Popular aceptó con reservas, pero votando en el Parlamento en línea con la Unidad.

Estrategias diversas

Dentro de la coalición opositora, la línea más dura la representan VP y Vente Venezuela, un pequeño partido dirigido por Corina Machado, una figura muy popular en las clases medias. Primero Justicia y Acción Democrática tienen una posición intermedia, y Un Nuevo Tiempo, más conciliadora hacia el Gobierno de Maduro, pese a que su líder, Manuel Rosales, también está en prisión.

Capriles señaló que el papa «nos pidió unas horas para ver si el diálogo produce resultados», al tiempo que ofreció a Maduro que ambos se sometieran «a un antidopaje y un detector de mentiras». Y Henry Ramos Allup, presidente del Parlamento y de Acción Democrática, afirmaba que «Maduro no tiene ningún interés en el diálogo», pero que la oposición «está dispuesta a asumir el costo político de buscar la paz».