Turquía intervino en la batalla de Mosul desoyendo a Bagdad

laura fernández palomo JERUSALÉN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

AHMAD AL-RUBAYE | Afp

La avanzadilla kurda, apoyada por las fuerzas de EE. UU., consiguió recuperar Bashiqa del control de los yihadistas

24 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A petición de las fuerzas kurdas peshmerga, y un día después de que el Ejecutivo de Bagdad desechara la colaboración de Ankara, el primer ministro turco, Binali Yildrim, confirmó la implicación de sus fuerzas militares en la batalla de Bashiqa, en el este de Mosul. La avanzada kurda, apoyada por los bombardeos aliados de EE. UU. -proclive a la participación turca en la lucha contra el Estado Islámico (EI)-, consiguió recuperar este pueblo del control de los yihadistas. La operación hacia Mosul, último bastión del EI en Irak, se frena.

«Los peshmergas pidieron ayuda a nuestros soldados de la base de Bashiqa. Les estamos proporcionando apoyo con artillería, tanques y obuses», detalló Yildirim. Al menos 700 soldados turcos entrenan a combatientes iraquíes con la intención de equilibrar las fuerzas de las milicias chiíes, que también toman parte de la coalición en la batalla. Aunque tanto estas como las fuerzas kurdas se han comprometido a participar en su recuperación, pero no a entrar en la ciudad cuando se libere para evitar tensiones sectarias. De hecho, este condicionante fue una de las razones que retrasó la intervención formalmente lanzada el pasado lunes sobre Mosul, ciudad de mayoría suní y duramente castigada por el sectarismo central tras la ocupación estadounidense del 2003.

Porque en esta contienda, tan importante es la estrategia militar como la sensibilidad política para no espolear la fragmentación sectaria a la que sucumbió con el desmantelamiento de las infraestructuras estatales por la intervención de Estados Unidos. Tensiones en las que germinó el embrión de este grupo terrorista, madurado en el caos de la guerra siria, que regresó para conquistar Mosul en el 2014 donde su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, proclamó un califato.

Tramo más complejo

El tramo más complejo de la batalla final llegará con la entrada en Mosul. Y el éxito de la operación dependerá en gran medida de la rebelión interna hacia los yihadistas. «Si los iraquíes enviaran un mensaje y tranquilizaran a los suníes de que se les dará una segunda oportunidad, es prudente hacerlo, y si deponen las armas serán definitivamente el 60 % de las fuerza de combate de los yihadistas», dijo un miembro de la inteligencia kurda a la agencia Reuters. Este funcionario insistió en recordar las lecciones de Faluya, Ramadi y Tikrit, donde refugiados y suníes locales sufrieron las represalias de las milicias chiíes, vinculadas al Ejecutivo central, apuntó.

Poco se sabe de lo que ocurre dentro de la ciudad pero, como en anteriores ocasiones, los civiles podrían ser utilizados como escudos humanos y corren graves riesgos ante cualquier decisión. Tienen como opción quedarse y ser víctima de los bombardeos, o escapar y ser objetivo de francotiradores o sorprendidos por minas antipersona que el EI ha esparcido para evitar la ofensiva.