Estalla la crisis en el socialismo galo

ALEXANDRA FERNÁNDEZ PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Hollande esconde su futuro mientras seis aspirantes han confirmado ya que se presentarán a las primarias del PSF

09 oct 2016 . Actualizado a las 09:55 h.

Un líder debilitado, traiciones internas y un electorado dividido. A imagen y semejanza de lo que ocurre con su «hermano» español, el Partido Socialista francés (PSF), la principal agrupación de la izquierda, se resquebraja a cuatro meses de las primarias. La Bella Alianza Popular, que aúna el PSF junto con otros tres partidos ecologistas minoritarios, prepara sus comicios para el 22 y 29 de enero, unas fechas tardías comparadas con las de Los Republicanos, que se celebrarán en menos de dos meses.

Por el momento, seis aspirantes han expresado sus intenciones de participar: Arnaud Montebourg, Marie-Noëlle Lienemann, Benoît Hamon, Gérard Filoche, Jean-Luc Bennahmias y François de Rugy. El gran ausente de la lista: François Hollande. A pesar de insinuar en varias ocasiones su candidatura, esta no se ha oficializado. El pasado 2 de octubre, el actual líder del partido confesó en una entrevista que, si se presenta «es para ganar, no para figurar». Si el presidente francés se atiene a sus palabras, es probable es que se abstenga de las primarias: los sondeos han dado la victoria a Montebourg en numerosas ocasiones

La candidatura de su exministro de Desarrollo Productivo fue un secreto a voces hasta su confirmación la semana pasada. Crítico desde el principio con la administración de Hollande, él y Hamon, exministro de Educación, son dos de los cinco miembros del gabinete de Hollande que abandonaron el ejecutivo en 2015 por fuertes desacuerdos en cuanto a la política del gobierno.

Sin los apoyos políticos necesarios para liderar el partido, Montebourg quedó tercero en la primera vuelta de las primarias de 2011. Hoy, su situación es la opuesta: la decreciente popularidad de Hollande le ha convertido en la principal alternativa al actual jefe de estado.

Desde agosto, ambos han encabezado diferentes sondeos, siempre separados por una pequeña diferencia. El más reciente, realizado el 3 de octubre, prevé que el exministro derrote a Hollande en la segunda vuelta con el respaldo del 52 por ciento de los militantes socialistas, frente al 48 por ciento que se decantarían por el aún presidente.

Según el estudio, tan solo si Manuel Valls se presenta en lugar de Hollande, Montebourg resultaría perdedor en las preferncias de las bases del PSF.

La candidatura del primer ministro no sería una sorpresa, ya que ha sido acusado en varias ocasiones de mantener una dudosa lealtad hacia el presidente. Hace dos semanas, un periodista le preguntó con quién, tras las experiencias de Nicolas Sarkozy y François Hollande, pueden probar los franceses: «Pues yo, ya llegará?», bromeó Valls.

La falta de un líder determinado y desunión interna del partido se refleja en la fragmentación de la izquierda. En vistas a las presidenciales, los problemas del PSF se multiplican con la entrada en la ecuación de Emmanuel Macron, fundador del movimiento centrista En Marche! [En Marcha] y Jean-Luc Mélenchon, a la izquierda del PSF. Con el electorado disperso, los sondeos auguran una segunda vuelta en las presidenciales entre el Frente Nacional y Los Republicanos, independientemente del candidato socialista. Un escenario que evoca a las presidenciales de 2002 entre Jacques Chirac y Jean-Marie Le Pen, las únicas desde 1974 en las que el PSF no estuvo en la segunda vuelta.