La UE estrena la guardia de costas, un Frontex reforzado

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

VASSIL DONEV | EFE

El comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, celebró el estreno de la nueva guardia europea de costas y fronteras: «Es un día histórico»

07 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En apenas tres días se ha trasladado a tierra desde el mar una Jungla de Calais entera y la UE vuelve a estar desbordada. Vallas como la que erigió Hungría en sus fronteras pueden impedir el paso de los inmigrantes por tierra, pero ¿qué muro se puede levantar en alta mar?

Bruselas ha pasado de puntillas por esta nueva crisis migratoria. Con las imágenes de la tragedia grabadas todavía en las retinas, el comisario de Migración, Dimitris Avramopoulos, se atrevió ayer a celebrar el estreno de la nueva guardia europea de costas y fronteras. «Es un día histórico», aseguró el griego desde el checkpoint Kapitan Andreevo, enclavado entre Bulgaria y Turquía.

Este nuevo cuerpo de control de fronteras terrestres y marítimas ya está legalmente operativo tras nueve meses de trabajo. No es ni más ni menos que un Frontex reforzado con más fondos, más recursos y más efectivos, aclaró el director de la Agencia, Fabrice Leggeri. Sin embargo, a día de hoy es un equipo fantasma. Hasta diciembre, los Estados Miembros tendrán tiempo enviar a sus funcionarios, hasta formar una remesa de 1.500. La tarea es un reto ambicioso si se tiene en cuenta que, en el peor pico de la crisis migratoria en el 2015, Frontex solicitó el envío urgente de 700 guardias a los 28 países de la UE y solo recibió la mitad de la ayuda. España deberá aportar 111 expertos.

¿Cómo funcionará el cuerpo? Los guardias podrán ser desplegados en cualquier punto de las fronteras terrestres y marítimas externas de la UE y de países vecinos si solicitan refuerzos en una situación de extrema presión e inseguridad. La Agencia llevará a cabo «test de estrés», como a los que son sometidos los bancos, para identificar puntos calientes que puedan suponer un riesgo para el conjunto de la UE, pero no podrá intervenir por voluntad propia si no lo demandan los 28 en el Consejo. En caso de que un país miembro tenga problemas para gestionar los pasos fronterizos, el resto de socios podrán exigir medidas urgentes. Si el país en cuestión se niega a acatar las recomendaciones y su actitud supone «un riesgo» para el bloque, una mayoría cualificada podrá excluirlo del acuerdo de Schengen de libre circulación, bloqueando sus fronteras.