El Reino Unido boicotea los planes de la UE para reforzar la defensa común

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

CHRISTIAN BRUNA | efe

Lejos de dar el portazo definitivo, los británicos están dispuestos a patalear e inmiscuirse en cualquier iniciativa mientras tenga voz y voto

28 sep 2016 . Actualizado a las 07:13 h.

«Hay quienes piensan que el Reino Unido está en la UE para dinamitarla desde dentro», aseguraba el año pasado una fuente diplomática de Bruselas en pleno lío por el referendo británico de permanencia. Londres atesora un largo historial de enfrentamientos con sus socios a costa de la soberanía y el proyecto europeo. Su ministro de Defensa, Michael Fallon, volvió ayer a dar  una muestra de cómo se las gastan al otro lado del Canal de la Mancha para evitar que los 27 avancen hacia una mayor integración. «Seguimos oponiéndonos a cualquier idea sobre un ejército europeo o un cuartel general del ejército de la UE», advirtió a sus homólogos durante una cita informal en Bratislava en la que los ministros trataron de diseñar la hoja de ruta para dotar de mayor peso a la industria militar europea y concentrar capacidades para una defensa más eficiente.  

Reino Unido está dispuesto a aprovechar el tiempo que le queda en el club comunitario para reventar cualquier iniciativa que «socave la OTAN, pilar de seguridad en Europa» y de paso garantizar que la UE siga siendo dependiente en lo militar de las dos potencias atlánticas, EE.UU. y Reino Unido. El mismo secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, tuvo que interceder ayer para negar que los esfuerzos de la UE por mejorar su defensa vayan a poner en peligro el estatus atlántico: «No hay contradicción entre una defensa europea más fuerte y una OTAN más fuerte», zanjó.

La fanfarronería británica se asume con resignación en Bruselas, acostumbrada a sus boicots. Londres no se atreve a apretar el botón rojo de salida de la UE. Han pasado casi cuatro meses desde que votaron en contra de seguir en el club y siguen sin pedir el divorcio, a pesar de las presiones de sus socios. Lejos de dar el portazo definitivo, los británicos están dispuestos a patalear e inmiscuirse en cualquier iniciativa mientras tenga voz y voto en el Consejo. 

La situación de bloqueo ha provocado palpitaciones a más de un negociador. Los países de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) amenazan con disolver cualquier acuerdo futuro con el Reino Unido si Londres sigue poniendo trabas al proyecto de defensa y seguridad común. Las espadas están en todo lo alto y el renovado eje franco-alemán trata de aplacar tensiones. «No damos pasos hacia un ejército europeo, al contrario, lo que pretendemos es integrar mejor las diferentes fuerzas de los socios de manera que podamos actuar más rápido», aseguró la ministra alemana, Ursula von der Leyden. Berlín matiza así el plan pergeñado conjuntamente con París en el que se incluye el despliegue de un cuartel general para misiones conjuntas del bloque. 

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, respondió a las amenazas del Reino Unido recordando que los Tratados permiten avanzar hacia una mayor integración gracias a la «cooperación estructurada permanente», para aquellos que así lo deseen.