May rechaza un sistema como el australiano para controlar la inmigración

Rita Álvarez LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

ETIENNE OLIVEAU | EFE

Las palabras de la primera ministra británica sentaron como un jarro de agua fría entre los partidarios de la salida de la Unión Europea, pues veían aquí la clave para controlar el número de comunitarios residentes en las islas

06 sep 2016 . Actualizado a las 09:01 h.

La primera ministra británica, Theresa May, dejó claro ayer desde China que no es partidaria de poner en marcha un sistema de puntos para controlar la inmigración. Mientras, su ministro para la negociación del brexit, David Davis, protagonizaba una acalorado regreso de la actividad parlamentaria, llamando a conseguir «el consenso nacional» para ponerlo en marcha.

Las palabras de May sentaron como un jarro de agua fría entre los partidarios de la salida de la UE, pues veían en un sistema similar al australiano, la clave para controlar el número de comunitarios residentes en suelo británico. Ganándose acusaciones de «blanda», May se apresuró a rechazarlas, alegando que los partidarios del brexit quieren en realidad «un elemento de control».

En su lugar defiende un sistema en el que el Gobierno sea capaz de decidir quién entra en el país y no simplemente que se pueda entrar de forma automática por cumplir una serie de criterios. Para May, la clave no es otra que erradicar el actual abuso del sistema y dar un no rotundo a la libre circulación como «ha ocurrido en el pasado».

En la que fue su puesta de largo en la escena internacional, May no pudo ignorar la incertidumbre de la negociación del brexit y confirmó que el proceso no empezará al menos hasta el año que viene. Desde Londres, una de las figuras clave de la campaña que ganó el referendo de junio, Nigel Farage, se mostró «preocupado» por sus comentarios. 

Segundo referendo

Una preocupación a la que respondió Davis durante su intervención en el Parlamento británico, dejando claro que Londres apuesta por «construir un consenso nacional» en torno a su posición de negociación y sin vetar la postura de Escocia, donde ganó por mayoría seguir en Europa.

La postura de Davis pasa por controlar la inmigración pero sin descartar el acceso al mercado común. Unas propuestas poco realistas para los diputados de la oposición, que respondieron airados. El ministro descartó un segundo referendo, por el mero hecho de que a algunas personas no les gustase el resultado del primero.