Una cadena de atentados del PKK sacude a Turquía tras el fallido golpe

L. F. P. AMÁN / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

ILYAS AKENGIN | AFP

El opositor y prokurdo HDP condenó los atentados y apeló al fin de la violencia por ambas partes

19 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) intensificó ayer los atentados en el sudeste de Turquía tras la relativa calma que había seguido a la intentona golpista. No había cesado los atentados, pero en menos de 12 horas lanzó tres virulentos ataques, con un balance de doce muertos y 226 heridos y llegando a regiones donde no eran habituales los atentados.

El primer ataque tuvo lugar la noche del miércoles cuando un coche cargado con una tonelada de explosivos y accionado por control remoto estalló frente a una comisaría en la provincia de Van, cerca de la frontera con Irán. Un policía y dos civiles murieron. A primera hora de ayer, otro coche bomba explotó junto a otra comisaría en Elazig, bastión nacionalista que se había mantenido al margen del conflicto kurdo en Anatolia Central. En la explosión, perecieron tres policías. Horas después, tres soldados turcos y un miliciano kurdo pro-Ankara murieron en un ataque contra un convoy militar en la provincia de Bitlis. 

Alianza con Gülen

Todos los atentados fueron atribuidos al PKK, que la semana pasada provocó 13 muertos. «Es evidente que el PKK quiere aprovecharse del ambiente actual en Turquía. A toda organización terrorista le gusta aprovechar las crisis», declaró una fuente del Gobierno a AFP, en alusión a la vulnerabilidad que vive el país tras la asonada. El presidente Recep Tayyip Erdogan fue más allá y acusó al clérigo Fethullah Gülen, a la que achaca el fallido golpe, de colaborar con la guerrilla kurda. «No hay que ser un oráculo para entender que tras los ataques del PKK hay un acuerdo de compartir información de la FETO [la cofradía de Gülen]».

El opositor y prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) condenó los atentados y apeló al fin de la violencia por ambas partes. Desde que el diálogo de paz saltara por los aires en el 2015, las fuerzas de seguridad sufren constantes ataques de los separatistas. Human Rights Watch ha contabilizado la muerte de más de 7.000 combatientes kurdos y más de 300 civiles en el último año, además 355.000 personas que han tenido que huir.