Leopoldo López se encomienda a la ONU para salir de la cárcel en Venezuela

Pedro García Otero CARACAS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

EDWIN MONTILVA | AFP

La corte, controlada por afines a Maduro, rechazó revisar las pruebas falsificadas

14 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Indignación entre los opositores venezolanos en el día después del hachazo del Tribunal de Apelación al recurso de Leopoldo López para abandonar el presidio. La defensa del preso político venezolano Leopoldo López apelará la ratificación de su condena a trece años, siete días y doce horas de cárcel en dos instancias paralelas. Por un lado, acudirá a la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia de su país y, por otro, ante el Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, pues en el caso del dirigente opositor, «se han producido violaciones muy graves del Pacto de Derechos Civiles y Políticos y la Declaración Universal de Derechos Humanos», señaló el jefe de su equipo de abogados, Juan Carlos Gutiérrez, quien agregó que la ratificación de la sentencia contra López «genera un precedente peligrosísimo para los venezolanos: se castiga la libertad de expresión y pensamiento, el disenso político, la crítica y el pluralismo».

La oposición venezolana señaló que «ya el país y el mundo saben que el fallo es una mascarada seudojudicial» y que «Leopoldo es un preso sin delito porque Venezuela es un país sin justicia».

El diputado Ismael León afirmó incluso que «Leopoldo López está preso sin cometer ningún delito, mientras un narcotraficante (Néstor Reverol, acusado formalmente por la Fiscalía estadounidense) es designado ministro del Interior». Medios digitales destacaban que la condena a López tiene el mismo tiempo de sentencia que la de Walid Makled, un narcotraficante que llegó a estar en la lista roja de Interpol.

Internacionalmente, y no por inesperada, la ratificación de la sentencia a López produjo, sin embargo, estupor, dado que la Corte de Apelaciones había aceptado recibir como evidencias los testimonios de Franklin Nieves, fiscal de su condena en primera instancia y hoy autoexiliado en Miami, quien afirmó que el primer juicio contra el dirigente político fue amañado; y de Rosa Amelia Asuaje, la lingüista que declaró como experta en el juicio de primera instancia, y quien ratificó que el discurso de López no podía ser catalogado como instigación a delinquir. Asuaje tuvo que ver cómo en la sentencia su declaración era tergiversada para justificar la condena.

El exjefe de Gobierno español, Felipe González, quien se integró al equipo de la defensa de López el año pasado, indicó que la confirmación de la sentencia confirma «el sometimiento de la justicia venezolana al poder de Maduro, a sabiendas de que López no ha cometido los delitos que se le imputan y con pleno conocimiento de que se han vulnerado todos sus derechos de defensa».

En la misma línea se ha manifestado el secretario general de la Organización de Estados Americanos, el uruguayo Luis Almagro, quien indicó su «repudio a la ratificación injusta de la condena a Leopoldo López». El argumento de que en Venezuela se están cometiendo graves violaciones de la Constitución, que ya respaldan 15 de los 34 países del hemisferio, puede reforzarse tras la sentencia y llevar a la activación de la Carta Democrática Interamericana, que ya fue objeto de un debate en la OEA el mes de junio.

Mientras, Maricarmen Aponte, secretaria de Estado adjunta de EE.UU. para América Latina, se mostró «preocupada» por la sentencia a López, y llamó al Gobierno de Maduro a que «proteja la democracia y la justicia».

El Gobierno venezolano no ha emitido ninguna declaración oficial sobre la ratificación de la condena de López. La polémica sobre la petición del referendo para el revocatorio de Nicolás Maduro ya dejó claro el inmovilismo de las autoridades y el intento de bloqueo a la oposición.

Avalancha en la frontera en busca de provisiones

Mauricio Dueñas Castañeda | EFE

A pesar de los llamamientos a la calma hechos por Christian Krüger, director de Migración del Gobierno de Colombia, a los venezolanos, recordándoles que a partir de ayer la frontera entre ambos países estaría permanentemente abierta para el paso peatonal de 6 de la mañana a 8 de la noche, en el primer día de reapertura oficial, al menos 20 mil venezolanos habían cruzado desde San Antonio, en el sureño estado de Táchira, hacia Cúcuta, capital del departamento de Norte de Santander, hasta el mediodía (hora local) para abastecerse de los alimentos y medicinas que tanto escasean en Venezuela.

La avalancha, tal como se esperaba, se empezó a formar a primera hora de la madrugada del viernes en la frontera entre ambos países. El ministro para la Nueva Frontera de Paz de Venezuela, Gerardo Izquierdo, consideraba, sin embargo, «normal», el cruce de personas, «acorde con el movimiento histórico» del paso fronterizo entre San Antonio y Cúcuta, que tenía el intercambio comercial más vivo de toda Sudamérica hasta que hace exactamente un año, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, decidió cerrar todos los pasos fronterizos entre Venezuela y Colombia afirmando que los productos venezolanos se iban al vecino país y producían la escasez en Venezuela.

En la frontera oeste entre ambos países, que comunica el departamento venezolano de Zulia con el colombiano de La Guajira, había también un flujo considerable de personas, según información oficial, pero menor al de la frontera sur, porque el intercambio histórico también ha sido considerablemente menor.

A partir de mañana, comenzará a discutirse la normalización del tránsito vehicular en todos los pasos fronterizos, señaló Víctor Bautista, director de Integración Fronteriza de la cancillería colombiana, mientras se implementa, además, una «cédula binacional» a la que optarán los habitantes de los municipios fronterizos de ambos países para cruzar libremente de Colombia a Venezuela y viceversa.