«Erdogan actúa como si fuera un presidente plenamente ejecutivo»

maría cedrón REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

No da mucho crédito a la teoría del autogolpe y dice que le parece «innecesario»

20 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay un rumor que sobrevuela sobre el sector más liberal de la población turca desde el viernes. Algunos sospechan que el levantamiento podría ser en realidad un autogolpe para justificar la purga que el presidente está llevando a cabo. Pero expertos como el doctor en Relaciones Internacionales e investigador senior del Centro de Estudios Internacionales de Barcelona (CIDOB), Eduard Soler, dudan de su veracidad: «En Turquía resulta muy habitual hablar en términos conspirativos. También entre los seguidores de Erdogan se están planteando teorías conspirativas alternativas. Probablemente dentro de unos años continuemos planteándonos qué pasó realmente la noche del 15 de julio del 2016, pero no doy mucho crédito a la hipotésis del autogolpe. Me parece innecesario y demasiado arriesgado».

-Pero Erdogan puede estar aprovechando lo ocurrido.

-Otra cosa diferente es eso, que él y sus seguidores aprovechen esta situación y utilicen el pretexto del golpe para justificar cualquier medida polémica. Lo que pasará a partir de ahora es que se acelerarán y ampliarán algunas decisiones que ya estaban en la agenda política.

-¿Qué pasará en caso de que Erdogan logre cambiar la Constitución para hacerse con el poder ejecutivo?

-Que se pondrán por escrito dinámicas que ya se están produciendo en la práctica. Erdogan actúa como si ya fuera un presidente plenamente ejecutivo. Lo que tiene más interés es cómo lo hará. Según la actual aritmética parlamentaria necesita el apoyo de alguno de los tres partidos de la oposición o de diputados individuales.

-¿A cambio de qué?

-Depende de quiénes se presenten a hacerlo. Otra opción sería una nueva convocatoria electoral, con la esperanza de conseguir una super-mayoría parlamentaria.

-Declaraciones como que apoyará el restablecimiento de la pena de muerte en caso de que sea respaldada por el Parlamento no ayudan a su relación con Occidente...

-Lo que ocurre es que están poniendo los ingredientes para que aumente la desconfianza entre Washington y Ankara. Creo que va a ser inevitable que las relaciones entre Turquía y la Unión Europea entren en una zona de turbulencias. No creo que lleguemos a ver un choque de trenes en toda regla pero sí una sucesión de crisis. Habrá que estar especialmente atentos a dos tema: qué sucede con la demanda de extradición de Fetulá Gulen y si un deterioro en las relaciones con Bruselas tiene efectos en la colaboración de Turquía en relación a la crisis de refugiados. Lo que está claro es que Rusia intentará aprovechar un deterioro de las relaciones entre Turquía y sus socios occidentales. El acercamiento que había empezado antes del golpe irá a más.

-En Turquía los militares se han caracterizado por defender valores que acercan el país a Occidente. ¿La purga que está haciendo el Gobierno avanza hacia una islamización del país?

-No estoy de acuerdo con esta interpretación. Las fuerzas armadas no han sido un actor especialmente favorable a la democracia, al respeto de la diversidad y a las libertades. Que se lo pregunten a los kurdos o a los activistas pro-derechos humanos. No hay que confundir laicismo (que efectivamente es uno de los pilares defendidos por el estamento occidental) con los valores occidentales o liberales. Dicho esto, la retórica religiosa empleada por Erdogan y sus seguidores en la celebración de la victoria contra los golpistas puede polarizar un poco más a una sociedad turca de por sí muy dividida. Aunque el tipo de medidas que puedan tomarse como represalia al golpe irán más dirigidas a reforzar el poder de Erdogan que a introducir cambios en la gestión de la esfera religiosa, al menos a corto plazo.

-¿Por qué es tan importante este país en la estrategia geopolítica actual?

-Por tres motivos. Por su pertenencia a la OTAN, porque con la carta de refugiados puede desestabilizar a la Unión Europea y porque tiene un papel decisivo en los conflictos de Oriente Medio. Suena a tópico, pero Turquía no es un país cualquiera.