¿Plagio o no plagio, Melania?

Adriana Rey NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La campaña de Trump niega que su mujer copiase el discurso que Michelle Obama pronunció hace 8 años

20 jul 2016 . Actualizado a las 01:14 h.

Plagio. Esta ha sido la palabra más leída y escuchada desde que una esbelta Melania Trump pronunció su discurso en la Convención Republicana. Minutos más tarde comenzaba el terremoto. «¿Se puede hablar de plagio?», le preguntaban a Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey y uno de los grandes apoyos de Donald Trump: «No, no cuando el 93 % del discurso es totalmente diferente al de Michelle Obama y expresan pensamientos comunes», contestaba. «No fue palabra por palabra, hubo más de 400 palabras en ese discurso», apuraba a justificarse el jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, el mismo que después responsabilizaba del escándalo a la candidata demócrata, Hillary Clinton.

Sin embargo y a pesar de la férrea defensa del círculo del magnate, el daño ya estaba hecho y el bochorno se convirtió en protagonista de la primera jornada de la Convención Republicana. Las redes sociales evidenciaban la copia de ambos textos a través de vídeos donde se podían escuchar las palabras de la esposa de Trump, a la vez que las de Michelle Obama ocho años antes: «Mis padres me inculcaron unos valores: Que hay que trabajar duro por lo que se quiere en la vida. Que tu palabra te ata y debes hacer lo que dices», decía la eslovena. «Barack y yo fuimos criados con los mismos valores: Que hay que trabajar duro para lo que quieres en la vida; que tu palabra te ata», dijo entonces Michelle.

El virtual candidato republicano y marido de la exmodelo evitó la confrontación y se limitó a escribir en las redes sociales: «Su discurso y comportamiento fueron absolutamente increíbles. Estoy muy orgulloso», dijo Trump. Él precisamente fue el encargado de presentar a su esposa como «la próxima primera dama de EE.UU.», protagonizando otro de los momentos más comentados de la noche, con una particular entrada que evidenció su perfil de showman. Su puesta en escena estuvo acompañada de la banda sonora, We are the champions, que fue después afeada por los propios autores: «Es un uso sin autorización en contra de nuestra voluntad», aseguraba la banda de rock Queen, como ya había hecho hace escasas semanas.

Humanizar al candidato

Tras lo ocurrido, los hijos de Trump intentaron recomponer una situación que todavía sigue ocupando las portadas de la prensa estadounidense. Fue el caso de Donald Jr. Y Tiffany. Ambos tomaron la palabra en la segunda jornada de la convención para tratar de humanizar la denostada figura de su padre. Horas antes ya lo había hecho su hija Ivanka, quien siempre que puede recuerda que para ella Donald Trump es su héroe.

La división azota la reunión de Cleveland

El caos y la polémica en la Convención Republicana siguen siendo los protagonistas de un cónclave que está lejos de ser el «gran espectáculo» que prometió Donald Trump y, si así fuese, lo sería en el mal sentido. Ayer martes era el día previsto para que los delegados designasen a Trump como candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, no sin que la plataforma Never Trump intentase in extremis frustrar el intento: «Esto es un robo. Nos quieren quitar nuestra voluntad», gritaba uno de los delegados de Texas el lunes.

En paralelo, la cúpula trataba de buscar la unidad en un partido visiblemente roto. Esta fue al menos la intención en los discursos de algunos pesos pesados republicanos, como el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, o el líder de la mayoría del Senado Mitch McConell. Sus palabras eran pronunciadas bajo el lema «Make America work again» (hacer trabajar a América otra vez); el tema central de una segunda jornada donde la economía y el empleo sustentaban algunas de las promesas de Trump: «Hay que recuperar los puestos para los estadounidenses que ahora están en China».

El descontento no solo pudo verse en el Quicken Loans Arena. Las calles de Cleveland son escenario de manifestaciones desde hace días. Ayer, una de las más polémicas fue una protesta contra la violencia policial: «Basta de asesinatos de la policía» se leía en una de las pancartas.

La concentración se producía tras haber escuchado una encendida defensa de la labor policial, por parte del ex alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani. Durante su discurso, presentó a Trump como el «candidato de la ley y el orden» en un momento de máxima tensión racial.