Theresa May rescata a Johnson para acallar a los partidarios del «brexit»

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

DOMINIC LIPINSKI | EFE

Le da Exteriores, pero lo deja sin competencias para negociar la separación de la UE

14 jul 2016 . Actualizado a las 08:40 h.

La primera reacción fue de estupor en las capitales europeas. La nueva primera ministra británica, Theresa May, parecía estar desafiando a la UE con el nombramiento de Boris Johnson como ministro de Exteriores. Poco después empezó a verse que, en realidad, solo estaba acallando a los partidarios del brexit, ya que la cartera de quien fue su principal artífice se quedará sin competencias directas para negociar la salida de Europa y sin atribuciones sobre comercio internacional. Esto mejora obviamente la posición personal en la que se encontraba el exalcalde de Londres, pero recorta también su papel.

La designación de Johnson, que sonaba para una cartera menor, como Cultura y Deportes, revela un cálculo sibilino. Según la prensa británica, May pretende tenerlo controlado dentro del Gobierno y ocupado después de que no pudiese alcanzar su sueño de ser primer ministro. El nombramiento también deja satisfechos a los partidarios de la separación de la UE, que no le perdonarían a May que al menos la mitad de sus ministros no fuesen partidarios de abandonar la Unión.

Pagado este tributo, parece claro que la nueva primera ministra se quedará con las riendas para pilotar directamente las negociaciones con Bruselas. Para ello, puso en marcha dos nuevos ministerios en los que apoyarse. Nombró a Liam Fox, el primer candidato en caer eliminado de las primarias conservadoras, como ministro de Comercio Internacional. Pero sobre todo eligió a David Davis para liderar un nuevo ministerio que tendrá a su cargo todo lo relacionado con el brexit. Davis es una vieja figura conservadora y fue el perdedor de las primarias del 2005, cuando salió elegido ganador David Cameron, pero había colaborado con May desde el Parlamento llevando la portavocía de los asuntos del Ministerio de Interior y puede vérsele como una persona de su confianza.

Acertaron las quinielas en la cartera que recae en Philip Hammond, quien pasa a ser una de las figuras de mayor peso del Ejecutivo al ser nombrado ministro de Hacienda. Con una gran experiencia a sus espaldas en Exteriores, Defensa y Transporte, es un euroescéptico templado que llegó a hablar en favor del brexit si la UE no sufría una reforma. Finalmente fue fiel a Cameron e hizo campaña para quedarse. Su nombramiento lleva aparejada la caída del titular hasta ahora, George Osborne, el amigo del ex primer ministro, que renunció a la continuidad al enterarse de su desplazamiento, visto como un desplante a su antiguo mentor.

Muchos se preguntaban hasta qué punto May iba a nombrar un Gabinete con fuerte presencia de mujeres, alegando su lado feminista. A falta de conocer más nombres, entre los que constituyen su núcleo duro solo estará Amber Rudd en calidad de ministra de Interior. Tendrá que lidiar con Johnson, de quien dijo en campaña que «se fiaba tan poco que nunca dejaría que la llevara a casa».

Cameron en su adiós a Downing Street: «Una vez yo fui el futuro»

David Cameron se despidió de Downing Street tras seis años como primer ministro diciendo que había sido «el gran honor de su vida». Se va mucho antes de lo que esperaba, apenas un año después de ganar unas elecciones con mayoría absoluta y cuando pensaba que convocando el referendo uniría a su partido y saldría reforzado. Nada más lejos de la realidad, supuso su adiós. En su última sesión como primer ministro en el Parlamento, Cameron anunció a los diputados su intención de permanecer en la vida pública. Afirmó que «nada es imposible» y también repitió un comentario que le hizo al ex primer ministro Tony Blair durante una de sus primeras sesiones de control al Gobierno como líder de la oposición, cuando dijo «una vez yo fui el futuro».

Pero su despedida quedó eclipsada por el discurso que pronunció su sucesora al regresar del palacio de Buckingham, ante la puerta de Downing Street, en el que destacó como su prioridad la reparación de la división social en el país. «Si eres de una familia corriente de clase trabajadora, la vida es mucho más dura de lo que la gente imagina en Westminster», afirmó. «Tienes trabajo pero no siempre seguridad en mantenerlo. Tienes tu casa, pero te preocupa el pago de la hipoteca. Estás viviendo con lo justo y te preocupa el coste de la vida y llevar a tus hijos a una buena escuela». «Si eres una de esas familias, estás trabajando a todas horas, haciéndolo lo mejor posible, voy a dirigirme a ti directamente. El Gobierno que yo lideraré no servirá a unos pocos privilegiados, sino a ti, no tomará las grandes decisiones para los poderosos, sino para ti», añadió.

Un discurso que sorprendió por la novedad y la radicalidad de sus frases,

Crece la crisis en el laborismo: un antiguo partidario de Corbyn también aspira a sustituirlo

La crisis del laborismo ha descendido un peldaño más en el abismo con la aparición de un nuevo aspirante a hacerse con las riendas del partido. Se trata del diputado Owen Smith, que ayer presentó sus credenciales al cargo que ocupa Jeremy Corbyn con el argumento de que él sí es un líder «radical y creíble», capaz de que el laborismo vuelva al poder.

Diputado por la circunscripción de Pontypridd, Smith fue hasta hace poco uno de los mayores defensores de Corbyn, a quien precisamente apoyó en su elección el año pasado. Ahora, sin embargo, cree que se ha producido un «dramático colapso de la fe y la confianza» en su compañero y jefe. En su opinión, mientras la perspectiva de un Gobierno laborista se percibe como «muy lejana», los conservadores están «brindando con botellas de champán» por la toma de posesión de Theresa May.

Esto no quita para que el antiguo responsable de los asuntos de Gales haya definido a su jefe de filas como «un buen hombre con grandes valores», que se ha esforzado en la lucha contra las medidas de austeridad del Gobierno de Cameron. No tiene tan buena opinión de John McDonnell, la mano derecha de Corbyn, contra quien arremetió por el lenguaje que empleó hace un par días, dirigiéndose a los rebeldes que organizan el golpe contra Corbyn como «unos jodidos inútiles».

Smith ve con buenos ojos que el Comité Nacional Ejecutivo (CNE) decidiera que Corbyn fuese automáticamente uno de los candidatos en la batalla por el liderazgo. Aun así, no lo ve como un auténtico líder. A esta decisión del CNE también se refirió Eagle, la otra aspirante a llevar el timón del partido., quien pidió a los nueve millones de votantes laboristas que paguen los 25 euros necesarios para poder ejercer su derecho a voto en las primarias. En su opinión, no habrá unidad interna hasta que Corbyn sea descabalgado.

El laborismo atraviesa por una profunda crisis después de que el 81 % de los diputados votasen en contra de su actual líder en una moción de confianza promovida por antiguos seguidores de Blair. Más de 30 miembros del gabinete en la sombra presentaron la dimisión.