Los iraquíes se revuelven contra su Gobierno por la ineficacia ante el EI

La Voz JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

AHMAD AL-RUBAYE | Afp

Ataques suicidas para vengar la pérdida de territorio dejan 300 muertos en tres países

05 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Irak sigue contando los muertos tras el último atentado en Bagdad que ya deja más de 200 fallecidos, el más sangriento en la capital desde el 2007. Una década después, los ciudadanos reviven los días de la guerra sectaria de la mano de un Estado Islámico (EI) que se venga de la pérdida de terreno en el califato con operaciones suicidas. El ataque con camión frigorífico bomba en la calle Karrada de Bagdad, arteria comercial de mayoría chií, se produjo una semana después de la liberación de Faluya y en plena recta final del ramadán. Los yihadistas han apurado también el final del mes sagrado del ayuno para golpear en Bangladés, con un atentado contra un restaurante en Dhaka en el que hubo 20 muertos, y en Turquía, operación en la que tres terroristas asesinaron a 44 personas en el aeropuerto Ataturk de Estambul.

En Irak los ciudadanos no esconden su enfado ante unas autoridades incapaces de garantizar la seguridad en la capital. La toma de Faluya, lugar situado a apenas una hora en coche en el que la inteligencia situaba el cuartel general en el que los yihadistas preparaban sus ataques suicidas, tampoco ha servido para frenar los atentados y el primer ministro, Haider al-Abadi, ordenó a la Comandancia de Operaciones de Bagdad acelerar los esfuerzos para establecer un «cinturón de seguridad». La segunda medida adoptada por Abadi, que fue abucheado y apedreado cuando el domingo intentó visitar el lugar del atentado, fue retirar los aparatos portátiles de detección de explosivos falsos ADE (equipos de detección avanzada), por cuya venta el empresario británico James McCormick fue condenado en 2013 a diez años de cárcel. Irak invirtió algo más de 76 millones de euros en estos equipos totalmente falsos.

Desde el Ministerio de Justicia se emitió además un comunicado para informar que las autoridades anunciarán «el cumplimiento de las penas capitales muy pronto contra un grupo de criminales sentenciados conforme a la ley antiterrorista». Poco después, el mismo lunes por la mañana, cinco condenados a muerte fueron ejecutados tras el anuncio por parte del Ministerio que no precisó los delitos por los cuales habían sido condenados.

Tras este último atentado el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de EE.UU., Ned Price, declaró que el ataque «no hace sino reforzar nuestra determinación de apoyar a las fuerzas de seguridad iraquíes». Este apoyo se basa en bombardeos aéreos y entrenamiento de las fuerzas regulares, parte en la que participan militares españoles, pero no es suficiente para frenar la amenaza de un EI que identificó al suicida de Karrada como Abu Maha al-Iraqi. Mohammed al-Karbouli, miembro de la Comisión Parlamentaria de Seguridad y Defensa, lamentó que «los ciudadanos son los que están pagando el precio de la corrupción y la falta de unos servicios de inteligencia adecuados», según declaraciones recogidas por el diario Asharq al-Awsat.

A la lucha sectaria entre suníes y chiíes hay que sumar la fuerte división interna entre los propios chiíes escenificada en la disputa entre Abadi y Nuri al-Maliki, anterior primer ministro y máximo responsable de la milicia más importante del país, Asaib Ahl al-Haq (La Liga de los Justos). Estas milicias chiíes se han convertido en imprescindibles contra el EI, un arma de doble filo debido a las denuncias por parte de la minoría suní de los excesos cometidos tras la liberación de Ramadi o Faluya.

Arabia Saudí se ve golpeada por una oleada de atentados

Al menos cuatro policías murieron y cuatro civiles resultaron heridos en un atentado suicida perpetrado ayer cerca del Al Masyid al Nabaui (la Mezquita del Profeta), la segunda más sagrada del islam y ubicada en la ciudad saudí de Medina, según Al Arabiya. La cadena señaló que el ataque fue dirigido contra siete agentes de seguridad que estaban rompiendo el ayuno preceptivo del mes sagrado de Ramadán.

Según el diario saudí Okaz, el suicida se inmoló en un aparcamiento de vehículos cerca de la mencionada mezquita. Además, el periódico Sabq publicó varias fotografías, que asegura son del lugar del ataque, que muestran un pequeño incendio y daños materiales en coches aparcados en el lugar.

Por otra parte, otro terrorista suicida acabó con su vida cerca de la mezquita de Al Umran, en el centro de la ciudad oriental de Al Qatif, de mayoría chií, señaló un testigo, que precisó que tampoco hay informaciones de que este ataque haya provocado víctimas aparte del terrorista. El testigo agregó que los restos del suicida aparecieron dispersos por el lugar, que fue después cercado por fuerzas de seguridad. Vecinos de la zona difundieron varios vídeos en el lugar del suceso, que muestra un leve incendio producido por el estallido.

Horas antes, un terrorista suicida se hizo estallar cerca del consulado de Estados Unidos en la ciudad costera saudí de Yeda, causando heridas a dos guardias. La provincia de Al Qatif ha sido escenario de protestas por parte de los chiíes, así como de ataques contra comisarías y agentes.