Europa contiene el vértigo y suplica al Reino Unido que no deje la Unión

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

LEON NEAL | AFP

Bruselas advierte que la salida será irreversible y que no habrá más concesiones

23 jun 2016 . Actualizado a las 07:15 h.

Nervios contenidos, vértigo y temor. Es lo que se respira en Bruselas a escasas horas de que los ciudadanos británicos acudan a las urnas para decidir con su voto el futuro de la Unión Europea, y con él, el de sus 500 millones de habitantes. Está en sus manos, en las de 46 millones y medio de electores del Reino Unido que este jueves tendrán el poder de inclinar la balanza hacia dentro o hacia fuera. 

A ellos se dirigieron ayer los líderes europeos, suplicando una última vez que confíen en el proyecto comunitario. «Las fuerzas populistas ganan terreno, pero esta no es una razón para abandonar, sino para construir una UE mejor», manifestó el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. Las cartas están echadas. No hay lugar para nuevas interpretaciones del acuerdo al que llegaron Bruselas y Londres el pasado febrero. Si el Reino Unido se queda, la UE le concederá un nuevo estatus. Si da la espalda a los 27, el divorcio será definitivo.

«Fuera es fuera», advirtió ayer el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. El luxemburgués aseguró que la UE ha ofrecido lo máximo que podía dar y el primer ministro británico, David Cameron, obtuvo todo a lo que podía aspirar, «así que no habrá ningún tipo de renegociación que no pase por la salida del club comunitario», añadió con semblante férreo. Mañana capitaneará una reunión de urgencia a primera hora de la mañana con el presidente del Consejo Donald Tusk, el de la Eurocámara Martin Schulz, y el presidente rotatorio de la UE Mark Rutte.

En esa línea más amenazadora que conciliadora se pronunció el presidente francés François Hollande. «La salida será irreversible», aseguró. Su portavoz añadió más leña al recordar a los británicos que, si quieren acceder al mercado único después del divorcio, tendrán que pagar y negociar un acuerdo desde cero. El líder socialista se reunirá la próxima semana con la canciller Angela Merkel para tratar de impulsar de nuevo el lánguido proyecto europeo.

La dirigente germana manifestó ayer su deseo «evidente» de que el Reino Unido permanezca en la UE, un anhelo que comparte su homólogo portugués, Antonio Costa. Su país mantiene con los británicos una relación diplomática histórica. Aunque Costa aseguró que los lazos no desaparecerán, se mostró preocupado por la eventual pérdida de un socio atlántico. La salida del Reino Unido escorará el poder y la influencia política hacia el corazón del Continente, abandonando todavía más a la periferia. Para el Gobierno español, inmerso en su propia campaña electoral, el referendo es «una llamada de atención». El ministro de Economía, Luis de Guindos, alertó de que un no en el plebiscito pueda «dar alas» a los populistas.

Más preocupados por las consecuencias del brexit se manifestaron ayer el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el comisario de Asuntos Financieros, Jonathan Hill. El noruego pidió a los británicos que voten por el sí. La permanencia del Reino Unido, «puente» entre la UE y la OTAN, es «vital para combatir el terrorismo y mantener la estabilidad en el continente», admitió. El británico apuntó al corazón de la City londinense: «Podría suceder que los bancos y fondos de inversión trasladen sus actividades y puestos de trabajo de Londres a Francfort o París».

El Movimiento 5 Estrellas exige una consulta sobre si Italia sigue en el euro

Uno de los temores que desata entre los expertos el posible triunfo del brexit es el contagio a que puede dar lugar en otros países de la UE que cuentan con formaciones populistas. Y el partido antisistema italiano Movimiento 5 Estrellas parece querer demostrar que el riesgo de infección es real. Alentado por sus buenos resultados en las recientes elecciones municipales, en las que se ha hecho con la alcaldía de Roma y Turín, ha planteado la idea de celebrar un referendo nacional sobre si Italia debería mantener el euro.

«Queremos un referendo consultivo sobre el euro. El euro como está actualmente no funciona. O tenemos monedas alternativas o un euro dos», declaró el vicepresidente de la Cámara de Diputados italiana y dirigente de la formación, Luigi Di Maio.

Aunque una consulta de este tipo sobre la UE o el euro sería un mero sondeo de opinión ya que la legislación italiana no permite que los plebiscitos modifiquen tratados internacionales, una victoria enviaría una clara señal al Gobierno. El Movimiento 5 Estrellas, que está siguiendo muy de cerca el resultado del plebiscito británico, ha reclamado dos monedas diferentes en Europa, una para los países ricos del norte y otra para los países del sur. El líder del partido, Beppe Grillo, ya exigió en su momento un referendo sobre si Italia debería permanecer en la Unión Europea.