La caída en desgracia de Rousseff deja aún más aislada a Venezuela

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

MARCO BELLO | Reuters

La corrupción ligada a Petrobras salpica a sectores del chavismo

14 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

De todos los Gobiernos aliados al de Dilma Rousseff, ninguno tiene más que perder que el de Nicolás Maduro. No solo porque con la presidencia interina de Michel Temer pueden comenzar a salir a la luz casos de corrupción que, aireados en el país amazónico, hasta ahora solo han tocado tangencialmente a la llamada revolución bolivariana, sino porque el continente está dando un giro que se aleja del Foro de São Paulo.

Maduro reaccionó con vehemencia a la remoción temporal de Rousseff. La tildó, al igual que la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), de «golpe de Estado», acogiendo la expresión de la presidenta suspendida, «con factura made in USA». Sin embargo, la Unión de Naciones Suramericanas, que también creó Hugo Chávez y en la que Brasil tiene un peso fundamental, aún no fijó una posición oficial y su secretario, el expresidente colombiano Ernesto Samper, emitió una declaración cautelosa: observará «muy de cerca» el proceso.

«Brasil proveía al chavismo de una presentabilidad internacional, que ahora pierde el Gobierno de Maduro, porque ya no controla las instituciones paralelas que creó, como la Unasur, donde afronta un escenario de progresivo aislamiento y rechazo», señaló el analista Kenneth Ramírez. «Huye hacia adelante para adelantarse a un escenario adverso en Mercosur, e incluso una posible activación de la Carta Democrática de la OEA».

«La ALBA está muerta: Cuba se acerca a EE.UU. y emite una declaración relativamente suave sobre el tema brasileño, Ecuador también, porque [Rafael] Correa tiene un problema económico muy grave», afirma el experto. «No veo una polarización entre la ALBA y un bloque Brasil-Argentina, porque ni Temer ni [Mauricio] Macri se mueven en la dicotomía derecha-izquierda, sino que son institucionalistas pragmáticos que privilegian el comercio. En un principio, Brasil atenderá sus propios problemas», añade. Eso sí, su canciller, José Serra, que ya fue candidato presidencial y busca un perfil de presidenciable, es probable que tome «posiciones muy duras contra el Gobierno de Maduro».

Venezuela no pierde solo un aliado político, sino también su principal apoyo ante la crisis, por capacidad para enviar carne y gasolina en pocos días. La corrupción ligada a Petrobras y a las constructoras Odebrecht y Andrade Gutiérrez, también beneficiarias de licitaciones millonarias en la Venezuela de Hugo Chávez, puede complicar a amplios sectores del chavismo.

El dirigente opositor Jesús Torrealba considera «de alto interés nacional la posibilidad de que el juicio a Dilma revele posibles redes de corrupción entre los Gobiernos del expresidente de Brasil Lula da Silva y Venezuela».