Bailes, desfiles, antorchas y circo para despedir el congreso

Sara R. Estella LA VOZ EN PYONGYANG

INTERNACIONAL

DAMIR SAGOLJ / Reuters

Miles de norcoreanos participaron en los actos presididos por Kim Jong-un que siguieron a su clausura

11 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«¡Manse! ¡Manse!», corearon más de diez mil personas en la imponente plaza de Kim Il-sung, el corazón político de Pyongyang. De esta forma deseaban «larga vida» a su líder, al mismo tiempo que agitaban pompones con flores de plástico, globos y banderas rojas con el símbolo del Partido de los Trabajadores. Fue el broche final a un histórico congreso que ha encumbrado la figura política del joven dictador.

Desde el balcón del Palacio de Estudios del Pueblo, situado justo encima de los retratos de su abuelo y de su padre, Kim Jong-un saludó a las masas, que le respondieron con gritos de alabanza. Grandes mosaicos humanos iban cambiando las consignas patrióticas con una coordinación perfecta. Una exhibición de lealtad que llegó un día después de que el congreso del Partido de los Trabajadores confirmara el inicio oficial de su nueva era política.

El discurso lo pronunció Kim Yong-nam, presidente de la Asamblea Popular Suprema, el equivalente al Parlamento, y jefe de Estado honorífico del país. «A pesar de las grandes provocaciones de Estados Unidos y sus títeres, hemos conseguido grandes logros científicos y defensivos», aseguró uno de los hombres de máxima confianza de Kim. 

Celebración coral

Después de mencionar una a una todas las pruebas de misiles realizadas por el régimen en los últimos cuatro meses, se refirió también al supuesto ensayo de la bomba de hidrógeno que realizaron el 6 de enero de este año. Una fecha que aparecía fijada en una de las diferentes carrozas que se exhibieron durante el desfile. «Este discurso ha mostrado los deseos del pueblo y del partido. Kim Jon-un nos guía a la prosperidad», comentó a La Voz una delegada ataviada en un hanbok, el traje tradicional norcoreano. Una opinión que se repetía entre quienes participaron en el desfile multitudinario.

Las celebraciones masivas siguieron por la noche con un baile durante el cual miles de personas realizaban coreografías grupales. Incluso participó con sus acrobacias una parte del elenco del Circo de Pyongyang, considerado uno de los mejores del mundo. A continuación, miles de jóvenes con antorchas pusieron el broche final a las festejos.

En Corea del Norte no hay cita política que se precie que no vaya acompañada de grandes espectáculos de masas. Generalmente, se utilizan para celebrar fechas importantes y para exhibir sus últimos avances militares.