Los últimos cartuchos de los candidatos perdedores en EE.UU.

VICTORIA TORO

INTERNACIONAL

GABRIELLE LURIE | Afp

Ted Cruz y Bernie Sanders tienen dos cosas en común: los dos están matemáticamente imposibilitados ya para lograr los delegados necesarios para la nominación

02 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ted Cruz y Bernie Sanders tienen dos cosas en común: los dos están matemáticamente imposibilitados ya para lograr los delegados necesarios para la nominación y, a pesar de ello, ambos han declarado que no piensan retirarse de las primarias. También los dos han reorganizado sus campañas para mantenerse en pie hasta el final. 

El más drástico ha sido Cruz que, por primera vez en cuarenta años de historia, ha elegido compañera para la papeleta de las elecciones generales antes de la nominación. Desde que Reagan hizo lo mismo en 1976, -y no le funcionó-, nadie lo había repetido. Pero Cruz está en una situación desesperada así que sus medidas también lo son. Desde el miércoles, Carly Fiorina le acompaña como precandidata a la vicepresidencia. La elección de Fiorina es un claro desafío a Trump.  

El magnate tiene graves problemas para conectar con las votantes y Cruz intenta aprovechar esa dificultad de Trump con la presencia de Fiorina. Una presencia que les recordará a los electores las frecuentes meteduras de pata del millonario neoyorquino con sus comentarios sobre las mujeres. Porque fue precisamente con la ex ejecutiva con la que tuvo una de las más sonadas. En una entrevista y a la pregunta del periodista sobre qué opinaba de ella como candidata, Trump respondió: «¿Pero has visto su cara? ¿Puede alguien votar por eso?».   

Por su parte, Bernie Sanders ha decidido echar el resto en California. Para poder mantenerse en la campaña, el senador de Vermont ha tenido que despedir a dos tercios de los trabajadores que tenía,, de los mil con los que ha contado en los mejores momentos, esta semana ha pasado a 300. Pero todos ellos están ya en la costa Oeste.  La intención de Sanders es presionar a Clinton hasta el final para obligarla a incorporar posturas más a la izquierda, sobre todo en cuanto a la adopción de un salario mínimo más alto y su relación con las compañías de Wall Street. La reacción de sus dos contrincantes ha sido radicalmente distinta. Mientras Trump se ha burlado de Cruz diciendo que es «el primero en la historia que elige vicepresidente cuando está eliminado», Hillary Clinton ha comenzado a limar asperezas con Sanders y a repetir que «les unen muchas más cosas de las que les separan».