La UE visita un campo de refugiados en Turquía para calmar su conciencia

Cristina Porteiro
CRISTINA Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

HANDOUT | Reuters

Ankara amenaza con dejar de acoger asilados si no liberaliza los visados turcos

24 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ningún detalle de la puesta en escena se dejó al azar. La visita de Angela Merkel, el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, y el presidente del Consejo, Donald Tusk a Gaziantep, al sur de Turquía, fue de postal. Tal y como estaba previsto, los dignatarios europeos se reunieron ayer con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, antes de partir hacia el escenario central de la cita, el campo de refugiados Nizip 2, donde sobreviven más de 4.800 refugiados repartidos en 938 casas prefabricadas

Fotos, sonrisas, mujeres agradecidas, la inauguración de por medio de un centro para familias patrocinado por la UE y niños, muchos niños para dejar claro y autoconvencerse de que el acuerdo de expulsión de migrantes desde Grecia a Turquía no es inmoral, que el vecino turco es un país seguro para ellos, a pesar de que las organizaciones humanitarias y la propia ONU han denunciado las expulsiones en caliente y el trato inhumano que el Gobierno de Tayip Erdogan dispensa a quienes tratan de cruzar su frontera huyendo de la guerra en Siria o a quienes son deportados de vuelta a territorio otomano.

«Un campo saneado»

Human Rights Watch denunció ayer la hipocresía de los tres líderes que solo quisieron ver el día a día de un «campo de refugiados saneado». Detrás del telón, la realidad es mucho más oscura y sangrante. La subdirectora de la organización, Judith Sunderland, les apremió a visitar los campos que se erigen más allá de la frontera siria «para ver las decenas de miles de refugiados sirios cansados del bloqueo turco». Amnistía Internacional cargó contra la respuesta «miserable» y «vergonzosa» de los líderes europeos que se siguen negando a acoger y reubicar refugiados. Una obligación recogida en los convenios internacionales. 

Merkel se resiste a dejar caer un acuerdo. Es su principal valedora en la UE. ¿A qué precio? El que sea. Lo dejó claro cuando dio vía libre para investigar la denuncia de Erdogan contra un cómico alemán que satirizó su imagen. La violación del derecho a la libertad de expresión en Turquía fue minimizada ayer por el propio presidente del Consejo Europeo. Con una genuflexión diplomática, trató de defender la labor de las autoridades turcas: «Turquía es el mejor ejemplo del mundo entero a la hora de tratar a los refugiados. Me enorgullece que seamos socios. No hay otra alternativa», aseguró Tusk tratando de allanar el terreno para tomar una de las decisiones más polémicas que flotan en el horizonte: la liberalización de visados turcos en el mes de junio. Davutoglu, crecido por las reverencias de sus socios europeos, amenazó con dejar de colaborar si no se cumple este requisito. Bruselas decidirá el 4 de mayo si se arrodilla de nuevo o pone límites a su vergüenza. 

Víktor Orbán acusa a Bruselas de entregar su seguridad a Ankara

La UE «se ha entregado a Turquía» en la crisis migratoria por el impulso de Angela Merkel, con consecuencias «imposibles de prever», denunció ayer el primer ministro húngaro, Víktor Orbán.

El dirigente lanza este dardo contra la canciller alemana en una entrevista con el semanario alemán Wirtschaftswoche, coincidiendo con la visita a Turquía de la canciller y varios dirigentes europeos. Con este pacto firmado por la UE y Ankara, promovido por Angela Merkel, «nos hemos entregado a Turquía. Algo así nunca es bueno», consideró el populista, quien mandó construir una valla en la frontera de su país para frenar el flujo de refugiados y migrantes. «La seguridad de la Unión Europea no puede estar en manos de una potencia exterior a la UE», consideró.

El Gobierno de unidad libio acepta un acuerdo migratorio similar

El nuevo Gobierno de unidad libio acepta firmar un acuerdo migratorio con la Unión Europea como el que suscribió con Turquía y que contempla, además de una ayuda de 3.000 millones de euros, la redistribución de refugiados sirios en territorio turco a países europeos. Así se lo hizo saber el vicepresidente libio, Ahmed Maetig, al ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, durante una reunión el viernes en Roma. En opinión de Alfano, es factible la firma de un acuerdo migratorio con Libia similar al suscrito con Turquía. Ya durante Consejo de ministros de Interior de la UE, Alfano habló de esa posibilidad, que sería apoyada por Alemania, en cuanto el nuevo Gobierno de unidad, se consolide.