Dilma busca en la ONU apoyos para evitar su destitución

MARCELA VALENTE BUENOS AIRES / COLPISA

INTERNACIONAL

EVARISTO SA | Afp

La decisión de la presidenta de Brasil disparó la polémica y los dirigentes de la oposición, jueces del Supremo y exministros acusaron a Rousseff de victimarse

22 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el objetivo de denunciar la presunta ilegalidad del proceso de destitución en su contra, Dilma Rousseff viajó a Nueva York y dejó el cargo en manos de su vicepresidente, Michel Temer, que espera su caída definitiva. La presidenta de Brasil aprovechará hoy la cumbre de la ONU, convocada con motivo de la firma del Acuerdo de París sobre el cambio climático, para recabar apoyos internacionales. La decisión de viajar disparó la polémica en Brasil. Dirigentes de la oposición, jueces del Supremo y exministros acusaron a Dilma de victimarse.

El jefe de Gabinete de la presidenta, Jacques Wagner, declaró que la presidenta «no podrá dejar de manifestar su indignación con el golpe, que es un proceso artificial y falso, [...] y lo que se está haciendo es un mal uso del impeachment. No obstante, jueces del Supremo como Dias Tofolli, Celso Mello y Gilmar Mendes insistieron en que no es un golpe, sino que se están dando todos los pasos legales para el juicio. «Sería un gravísimo equívoco», advirtió De Mello, si Dilma utiliza la tribuna de la ONU para defenderse.

Un crimen «de lesa patria»

Algunos legisladores de la oposición viajaron a Nueva York para desarticular la denuncia de Rousseff y ofrecer la otra versión. El senador Cassio Cunha Lima (PSDB) advirtió de que «quien ama Brasil no habla mal de Brasil en el extranjero». «No es posible que ella quiera llevar a la ONU esa historia del golpe, sería un crimen de lesa patria», se indignó.

Temer sigue intentando armar un equipo de Gobierno para ponerse al frente del país si la Cámara Alta suspende a Dilma, lo que podría ocurrir en la segunda semana de mayo, pero los planes se le están complicando. El diario Valor Económico reveló ayer que «tiene dificultades para montar un equipo económico». Algunos convocados aceptan colaborar desde fuera, pero se niegan a asumir un cargo clave en el posible Gabinete.

Ayer, festivo en Brasil, el vicepresidente abandonó su residencia en São Paulo para ir a Brasilia y evitar a los manifestantes que se agolparon frente a su vivienda con una enorme bandera que rezaba «Temer golpista».