El castrismo prepara a Cuba para la nueva era de deshielo con EE.UU.

CARLOS OCAMPO REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

ALEXANDRE MENEGHINI | Reuters

El congreso del Partido Comunista comienza mañana con el reto de acelerar los cambios

15 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El Partido Comunista Cubano abre mañana su séptimo congreso con el anunciado fin del mandato de Raúl Castro en el horizonte del 2018 y el deshielo de las relaciones con Estados Unidos como desafío. Anunciado como el congreso del balance de las reformas emprendidas por el hermano menor de Fidel, las mayores expectativas se centran, sin embargo, en la renovación generacional del liderazgo del partido único cubano.

Con Fidel alejado del poder, los casi 85 años del primer secretario del PCC y presidente del país y los 86 del segundo secretario, José Ramón Machado Ventura, la histórica generación de la revolución está probablemente ante su último congreso, y debería preparar el camino a la renovación con caras nuevas que no participaron en el levantamiento de 1953. Analistas como el profesor Arturo López-Levy, de la Universidad de Texas, dan casi por seguro que Raúl Castro no faltará a la «expectativa de renovación» que él mismo fomentó. En declaraciones a DPA, el politólogo cree que la cúpula del partido pagaría un alto precio en credibilidad si no respeta la promesa que auguraba una renovación de la cúpula del poder castrista.

La renovación, que según el analista y exdiplomático cubano Carlos Alzugaray requiere que el congreso impulse una «transformación esencial del funcionamiento del sistema político» e incluso cambios en la Constitución, una posibilidad a la que Raúl Castro se había referido en el 2013, no quedará plasmada todavía el martes 19, cuando se clausure la asamblea. No habrá nuevo secretario general ni se esperan grandes cambios en el centro del poder, el Buró Político, en el que el hermano de Fidel dejará todo bien atado para preparar la pervivencia del castrismo.

La novedad es que la edad media de los mil congresistas bajó a los 48 años: el veterano es el presidente del Comité Olímpico, José Ramón Fernández, y la más joven la diputada de 27 años Idaliena Díaz. Una «experiencia considerable», según la publicación oficial del PCC, Granma, es una regla «natural» a la hora de elegir a los delegados. Aumentan el número de mujeres y de negros y mestizos.

El congreso, que arrancará con críticas dentro de la militancia comunista por el secretismo en los documentos base de las asambleas, partirá del análisis de la marcha de las 313 medidas reformistas aprobadas en el 2011, de las que solamente se aplicaron algo más del 20 %. Unas reformas bien orientadas al desarrollo del incipiente sector privado, favorecido por el deshielo pero lastrado por la burocracia y el centralismo, que el cónclave debe acelerar con nuevos cambios y que requieren dejar atrás viejos tabúes para consolidarse.

El congreso arrancará con esa necesidad de renovación y todavía sin dejar de mirar a su principal referente, Fidel Castro.

El agro se vacía por la lentitud en aplicar las reformas prometidas

El campo cubano es otra víctima de la lentitud par aplicar las reformas prometidas por Raúl Castro en el 2011. La falta de semillas, cuya venta está monopolizada por el Gobierno, se suma a la última sequía y al control de la distribución, que provoca que las cosechas se pudran en los almacenes. Martín explica a Reuters que los controles de precios le hicieron perder los 270 euros que invirtió en semillas en el mercado negro y las dificultades para adquirir fertilizantes y combustible. En estas condiciones, los terrenos arrendados tras el último congreso vuelven a quedar baldíos y miles de cubanos que se ilusionaron por desarrollar una actividad privada vuelven a abandonar el campo. Además, Cuba se ve obligada a importar 2.000 millones de dólares en alimentos, el 60 % de su consumo.