Dilma Rousseff pierde otros dos socios de Gobierno

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

UESLEI MARCELINO | Reuters

Los abandonos de aliados dejan al Ejecutivo brasileño en una difícil situación para gobernar

14 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Otros dos partidos abandonaron la alianza con el Gobierno de Brasil, lo que deja a Dilma Rousseff cada vez más aislada ante el impeachement y hará en la práctica imposible la gobernabilidad para su Gabinete.

El Partido Progresista (PP), que con 47 diputados es la cuarta fuerza de la Cámara baja, anunció ayer que abandona la coalición oficialista y que sus diputados votarán a favor de abrir el juicio político a la presidenta. El también conservador Partido Republicano Brasileño (PRB), que ya había roto con el Gobierno pero había dado libertad de voto a sus 22 diputados, decidió «por unanimidad» abogar por «el fin inmediato de este Gobierno».

Por el número de votos que se volverán en su contra, la del PP es la infidelidad que más preocupa a Rousseff. El presidente del partido, el senador Ciro Nogueira, anunció la decisión de desmarcarse del oficialismo, respaldada por 34 de sus diputados, y de exigir a quienes tienen cargos en el Gobierno su renuncia. Esto incluye al ministro de Integración Nacional, Gilberto Occhi. Los abandonos del PP y del PRB se suman al del que fue el principal aliado de Rousseff, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) del vicepresidente de la República, Michel Temer, que rompió con el Ejecutivo en marzo.

Además, otro de los integrantes de la coalición, el Partido de la República (PR), que tiene 40 escaños, decide hoy qué postura adopta ante la petición del juicio político y el Partido Social Democrático (PSD), que cuenta con 36 diputados, convocó también una reunión con el mismo fin.

Negro horizonte

Cada vez quedan menos indecisos, 44, según una encuesta de O Estado de São Paulo que recoge AFP, a la que 42 diputados se negaron a contestar. Pero también cada día que pasa suben más rápidamente los legisladores decididos a derrocar a Rousseff (desde el 5 de abril pasaron de 234 a 302) que los partidarios de apoyarla (de 110 a 115). Si finalmente lo respaldan 342 de los 513 congresistas, el juicio político pasaría a la Cámara alta, donde bastaría con el voto de 41 de los 81 senadores y el sucesor previsto de Rousseff, Michel Temer, cuenta con más apoyos.

Además de las dificultades para gobernar en que está quedando sumido el Ejecutivo, los abandonos muestran una faceta aún más preocupante para el partido de Rousseff. Que partidos con una representación mediana en el Congreso sigan descolgándose también deja en evidencia que el expresidente Luis Inácio Lula da Silva, rescatado por Rousseff para salvarla, ha perdido su carisma negociador.