Luz verde del Parlamento a la reforma constitucional de Renzi

María Signo ROMA / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Renzi se reunió con el ayatolá Jamenéi a su llegada a Teherán.
Renzi se reunió con el ayatolá Jamenéi a su llegada a Teherán. AFP

El paso siguiente será votar la nueva normativa en un referendo previsto para el mes de octubre

13 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La última palabra sobre la reforma constitucional de Matteo Renzi la tendrán los italianos en un referendo previsto para octubre en el que el primer ministro se juega su credibilidad y su futuro político. La Cámara de Diputados dio este martes luz verde al penúltimo acto de una ley que contempla limitar los poderes del Senado, tras dos años de tramitación.

Renzi no ocultaba su satisfacción: «Ahora Italia es el país más estable de Europa». «Se ha demostrado que la democracia gana y triunfa», declaraba tras la sexta y última votación en la que su propuesta consiguió 367 votos a favor y 7 en contra. No fue secundada por la oposición. Como ya ocurriera en octubre, el Movimiento Cinco Estrellas, Forza Italia y la Liga Norte abandonaron el hemiciclo. Tal y cómo está previsto en la Constitución, al no haber obtenido la mayoría de dos tercios, la ley tiene que someterse a referendo.

Fin del bicameralismo

Termina en Italia el «bicameralismo perfecto», un sistema en el que Cámara de Diputados y Senado tienen los mismos poderes y que, desde que nació en 1947, ha hecho de Italia un país ingobernable con 63 gobiernos en casi 70 años. Ahora será mayor el peso de la Cámara baja, que además de votar la aprobación del Gobierno, todos sus 630 miembros serán elegidos por sufragio universal. El Senado conservará el nombre pero se verá vaciado de gran parte de sus prerrogativas. Lo formarán 95 representantes regionales además de 5 senadores elegidos por el presidente de la República. Su competencia se limitará a las materias constitucionales mientras que sobre las leyes ordinarias solo podrá solicitar cambios a la Cámara baja.

Esta es la tercera de las reformas que Matteo Renzi había prometido cuando llegó al Gobierno en el 2014. Primero fue la reforma laboral, después la del sistema electoral y ahora la constitucional. Con ellas ha cambiado de manera radical el sistema político de Italia, ya que garantiza al próximo ganador de las elecciones un Gobierno en mayoría, gracias al premio al vencedor, y además no estará supeditado al veto que hasta ahora podía ejercer el Senado.

Matteo Renzi ahora se la juega con el referendo confirmativo. Si lo gana, se le abrirán las puertas para su reelección en el 2018. Ya ayer comenzó a moverse la máquina organizativa del Partido Democrático para la recogida de firmas para la celebración de la consulta popular en octubre. El presidente del Gobierno tiene que aprovechar el buen momento político que vive con una derecha dividida entre un desgastado Silvio Berlusconi, un Matteo Salvini que simpatiza con la ultraderecha europea y un M5E que ayer perdía a su ideólogo Gianroberto Casaleggio, fallecido tras una enfermedad.

La aprobación pilló a Renzi de visita en Teherán, la primera de un jefe de Gobierno europeo desde el acuerdo nuclear. Su objetivo es convertir a Italia en socio clave de Irán. Las empresas italianas se afanaban en cerrar acuerdos multimillonarios.