Cerca de 300 refugiados resultaron heridos por gases lacrimógenos y balas de goma lanzadas por la policía de Macedonia para frenar un intento de pasar la frontera
11 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Los gritos de desesperación de cientos de refugiados volvieron a retumbar el domingo en la frontera que separa Grecia de la República de Macedonia. La tensión aumenta según pasan los días y cualquier anuncio o rumor sirve de detonante. El nuevo intento de cruzar la frontera estuvo esta vez promovido por un folleto escrito en árabe que invitaba a los migrantes a reunirse frente a la valla asegurándoles que podrían seguir su camino al centro de Europa. No fue así. Niños y mujeres fueron dispersados por la policía macedonia con gases lacrimógenos, cañones de agua, granadas de aturdimiento y balas de goma.
«Volvieron a decirnos lo mismo. De madrugada y con un altavoz iban anunciando que 500 periodistas y organizaciones internacionales nos ayudarían a cruzar la frontera. Sabíamos que iba a ser una gran concentración», explica Qasey Loubani al otro lado del teléfono aún en shock por la tensión vivida. «Nosotros no nos acercamos, aprendimos la lección las dos últimas veces y varias personas de confianza nos dijeron que no lo hiciéramos», relata. «Hemos tenido que salir todos del campamento, el olor era insoportable, hay muchos niños llorando», añade.
Abu tiene su tienda de campaña justo delante de la valla: «Me marché cuando empezaron los disturbios. No quiero formar parte de esto», dice. «El domingo unos refugiados escribieron un papel invitando al resto a acudir a la manifestación para intentar por última vez cruzar la frontera», asegura. «Algunos compañeros refugiados salieron corriendo y tiraron piedras a la valla. La policía de Macedonia estuvo siete horas gaseándonos», exagera este exmilitar sirio.
Los guardia fronteriza macedonia respondió con rotundidad y cargó contra todos, incluidos personas mayores, niños y mujeres, algunas embarazadas. Los servicios médicos no daban abasto para atender a los afectados por problemas respiratorios debido a los gases. Médicos Sin Fronteras atendió a 260 heridos.
Críticas de Grecia
El Gobierno griego criticó la actuación del país vecino por el uso indiscriminado de productos químicos contra una población vulnerable. Las balas de plástico cayeron en territorio heleno, pero los agentes permanecieron en sus posiciones sin reaccionar. «Venimos de una guerra, de una maldita guerra y mira lo que están haciendo con nosotros», escribe Salah. «Esto es peor que el infierno», asevera. No es la primera vez que se distribuyen pasquines con información falsa en Idomeni. Los más de 11.000 refugiados desesperados y exhaustos por las condiciones en que malviven desde hace un mes apenas tienen información por eso se agarran al mínimo atisbo de seguir su camino.
En el centro de detención de Moria, en Lesbos, unos cien refugiados en su mayoría sirios e iraquíes protestaron al conocer lo que estaba ocurriendo en Idomeni, que conocieron a través de las imágenes que se pasaban por sus móviles. «Libertad, libertad», gritaban un grupo de niños. Finalmente la policía les disuadió de intentar salir del centro.