Las Américas: Las presidenciales peruanas son cosa de tres

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Carteles electorales en Perú
Carteles electorales en Perú Ernesto Arias | EFE

Todo apunta a que Keiko Fujimori, a la que las encuestas dan como virtual ganadora en la primera vuelta, no será presidenta porque cualquiera de sus rivales, Verónika Mendoza y Pedro Pablo Kuczynski, capitalizará el voto

10 abr 2016 . Actualizado a las 18:35 h.

De los 31 millones de peruanos, 23 -casi el 75 %- acudirán este domingo a las urnas repartidas a lo largo de un país con una extensión de cerca de 1,4 millones de kilómetros , para elegir a un nuevo presidente de la Republica, 130 congresistas y cinco representantes.

Y lo harán masivamente porque también es de los pocos países donde el voto es obligatorio, pero no se levantaran el lunes sabiendo con certeza quién regirá los próximos cuatro años los destinos de un país que más ha crecido económicamente la última década y que ha rebajado durante ese tiempo los índices de pobreza del 58,7 % al 22,7 % y que, a pesar de la caída que registró la producción, aún exporta anualmente cocaína por un valor estimado en 8.500 millones de años. Si este domingo ninguno de los 10 candidatos que permanecen en liza -la campaña la empezaron una veintena-, después de la purga a la que fueron sometidos por los órganos de control del proceso logra más del 50 % de los votos, habrán de esperar a la segunda vuelta, prevista para el próximo cinco de junio.

Pero todo apunta que estas elecciones van a ser cosa de tres y que Keiko Fujimori, la candidata a la que las encuestas dan como virtual ganadora el domingo en la primera vuelta, no va a resultar elegida presidenta en la segunda porque cualquiera de sus potenciales rivales: Verónika Mendoza (centro izquierda) Pedro Pablo Kuczynski (centro derecha) va a capitalizar el voto antifujimori.

La principal novedad de estas elecciones, a juicio de algunos analistas, es el cambio en las actitudes ciudadanas. La tendencia más significativa es el rechazo de la corrupción y la delincuencia que se han convertido en el principal problema del país andino porque  socavan la vigencia de la ley y promueven la desinstitucionalización, o funcionamiento caótico, de las organizaciones públicas y privadas.  

Para alguno de estos analistas, un referente del impulso moralizador que vive el país se expresa en la baja intención de voto de candidatos con un currículo plagado, en unos casos de indicios y en otros de evidencias de actividades ilícitas.  Es el caso de los ex presidentes Alan García y Alejandro Toledo.  Otro  indicador que refrenda la tesis del  impulso moralizador que vive el Perú es que, a diferencia de México y Colombia, el delincuente y el corrupto no han sido idealizados como figuras glamorosas, tal como ocurre en los narcocorridos mexicanos o en series de televisión en las que los protagonistas del crimen organizado y los políticos  que gobiernan se mezclan y se confunden.

La sombra de Fujimori

Keiko es la hija de Alberto Fujimori, hijo de inmigrantes japoneses, gobernó el país entre 1990 y 2000, tras derrotar en las urnas al  Nobel Vargas Llosa.  Muchos le recuerdan como el presidente con mano dura que diezmó a las guerrillas maoístas de Sendero Luminoso y los guevaristas del  Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) que entre los años 1980 y 2000 sembraron el terror en país y emprendieron una guerra contra el Estado, que dejó unos 70.000 muertos y desaparecidos. El padre y referente político de Keiko no tuvo reparos en liderar en su día  un autogolpe de Estado apoyado por los militares, que supuso que supuso la disolución  el Congreso. 

Ese autogolpe le mantuvo 10 años en la presidencia de Perú, siempre acompañado por Vladimiro Montesinos, uno de los personajes más siniestros de la historia reciente América  Latina, que manejó el país desde distintos cargos, unas veces como  asesor personal y  otras como  máximo responsable de los servicios de inteligencia o de la seguridad nacional. Ambos protagonizaron sonados escándalos  de  compra de políticos y medios de comunicación. 

Fujimori  al final se vio forzado renunciar y se convirtió en el primer presidente peruano condenado por corrupción y crímenes contra la humanidad, por la autorización de escuadrones de la muerte. Su condena data del año 2009, actualmente cumple una pena de prisión de 25 años en una base policial de Lima.

Su sombra ya le costó la derrota a Keiko en 2011 frente al actual presidente. Ollanta Humala y según distintos analistas el apellido paterno jugará de nuevo a favor de sus contrincante en la segunda vuelta, ya sea Verónica Mendoza o Pedro Pablo Kuczynski. Ello a pesar de que en los últimos días, la candidata Fujimori ha redoblado sus esfuerzos para desmarcarse del gobierno de su padre e incluso firmó un documento en el que se «compromete al respeto irrestricto del orden democrático y los derechos humanos».

Además, señaló que será «drástica en la lucha contra la corrupción» y que respetará «la independencia de los poderes» del Estado y no utilizará «el poder político para beneficiar a ningún miembro» de su familia.

Sin embargo, el eventual indulto al expresidente Fujimori ha flotado en el ambiente de la recta final de la campaña.j

El trío favorito

MARIANA BAZO | Reuters

Keiko Fujimori

Concurre por el partido Fuerza Popular. La hija del ex presidente Alberto Fujimori con solo 40 años busca por segunda vez convertirse en la primera mujer en gobernar Perú. Aunque tiene un firme apoyo de al menos un 30 % en las encuestas y una cómoda ventaja sobre el siguiente. La ex legisladora, según la mayoría de los analistas, no logrará la mayoría absoluta de los votos necesarios para consagrarse en primera vuelta.

Es amiga del libre mercado y la inversión privada y también tiene un fuerte apoyo entre las clases populares. En el 2006 resultó electa como legisladora, un año después de llegar a Perú tras terminar una maestría en administración de empresas en Estados Unidos. Fujimori fue acusada de pagar sus estudios en la Universidad de Columbia con fondos públicos, pero la denuncia judicial no prosperó.

Como congresista impulsó en el Parlamento propuestas para modificar el Código Penal con reducciones de penas.

MARIANA BAZO | Reuters

Pedro Pablo Kuczynski

Conocido como PPK o el Gringo, Kuczynski es un experimentado economista peruano de raíces europeas. Fue ministro de Energía y Minas en 1980 bajo el presidente Fernando Belaúnde. Entonces fue cuestionado por eximir de impuestos a empresas extranjeras.

 Fue miembro del directorio de varias empresas privadas del sector siderúrgico, minero y energético, hasta que en el 2001 volvió al sector público como ministro de Economía del entonces presidente Alejandro Toledo.

En el 2011 fue candidato a la presidencia por el partido Alianza por el Gran Cambio, un grupo de varios partidos amigos del libre mercado. Quedó en tercer lugar detrás de su actual rival Keiko Fujimori.

Ahora, a sus 77 años, se postula por el partido Peruanos Por el Kambio (PPK). En recientes sondeos, ocupaba el segundo lugar de las preferencias, aunque le siguía de cerca la candidata de izquierda Verónika Mendoza.

Su currículo empresarial genera algunos recelos ven en él a un millonario criado en un ambiente pudiente con demasiados años para gobernar.

Kaczynski es considerado como el candidato más preparado. Ha estudiado en las universidades de Oxford en el Reino Unido y Princeton en Estados Unidos, y trabajó en el Banco Mundial.  Se le reconoce haber sentado las bases para que la economía local registre una tasa de crecimiento promedio del 6 % entre 2001 y el 2006, pero es criticado por supuestamente favorecer a un grupo de empresas extranjeras en un contrato de explotación y exportación del gas de Camisea.

MARTIN BERNETTI | AFP

Verónika Mendoza

Mendoza es una psicóloga y legisladora de izquierda, de 35 años, que surgió recientemente en las encuestas como «un cambio real» y aunque la han calificado de chavista ella rechaza que pretenda  importar a Perú el modelo venezolano.

De padre peruano y madre franco-suiza, Mendoza nació en la región andina del Cusco en 1980 y creció en medio de los campos de maíz de sus abuelos, en un desconocido pueblo de los Andes de Perú.

Obtuvo en el 2003 una licenciatura de Psicología en la Universidad de París VII Denis Diderot mientras trabajaba limpiando mesas en restaurantes y cuidando niños. Luego estudió un master en Ciencias Sociales en la Universidad Sorbona.

Mendoza ingresó en el 2007 al Partido Nacionalista del actual presidente Ollanta Humala, participando en el comité de apoyo internacional y convirtiéndose en el 2011 en congresista.

 En el Parlamento, Mendoza ha impulsado proyectos en favor de los pueblos andinos y amazónicos como el de Ordenamiento Territorial, que plantea delimitar zonas del país donde los empresarios puedan invertir sin afectar a los pueblos ganaderos o agrícolas para evitar conflictos sociales.

En el año 2012 Mendoza renunció al partido oficialista después de que el presidente Humala autorizase el uso de la fuerza militar para detener una protesta contra la mina Tintaya del Cusco, de Xstrata Copper, que dejó dos muertos y 50 heridos. Según Mendoza, Humala traicionó sus promesas al reprimir a los pobladores para defender intereses empresariales. Ahora promete crear una nueva Constitución que represente a las mayorías pobres. El avance de Mendoza es visto con nerviosismo los mercados por sus propuestas de cambio de la política monetaria del Banco Central y bajar las tasas de interés, entre otros.