Ultraderechistas y antirracistas toman las calles de Bruselas tras los atentados

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

YVES HERMAN | Reuters

Tensión y enfrentamientos con botellas y piedras en el barrio musulmán de Molenbeek

03 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Bruselas está lejos de recuperar la normalidad. Los atentados del 22 M han abierto una herida difícil de curar. Al dolor y la pérdida de las víctimas se suma ahora el riesgo de que la frágil convivencia en el corazón político de Europa salte por los aires. 

Las proclamas xenófobas y racistas contra la comunidad musulmana animaron a organizaciones ultraderechistas, como la francesa Génération Identitaire, a tomar la ciudad. Irrumpieron el pasado domingo en un homenaje pacífico a las víctimas de los atentados. Escoltados por la policía desde la Estación Central, sabotearon el acto en la plaza Bourse con saludos nazis. Ayer sus simpatizantes lo volvieron a hacer, a pesar de la expresa prohibición de las autoridades. Aprovechando el estado de shock postraumático en el que todavía se encuentra sumergida la capital, un grupo nutrido de sus partidarios trataron de tomar la plaza central de Molenbeek, barrio con amplia presencia musulmana, a pesar de la prohibición expresa lanzada por las autoridades regionales contra la celebración de la manifestación.

La policía, trabajadores sociales y funcionarios del distrito trataron de convencer a los vecinos para que no respondiesen a las provocaciones de los centenares de ultras y xenófobos que se pasearon por la zona agitando banderas y lanzando gritos racistas contra los musulmanes. La calma a primeras horas de la tarde derivó pronto en tensión. Los enfrentamientos con botellas, piedras y las agresiones a transeúntes y periodistas se saldaron con siete militantes ultraderechistas arrestados por la policía. Dos de ellos se enfrentan a sanciones judiciales tras hallarse dentro de su coche cócteles mólotov y gas pimienta. 

A las afueras de la ciudad, en Dilbeek, una treintena de ultranacionalistas se concentraron en el centro cultural de Westrand para secundar la movilización de Bruselas.

Españoles detenidos 

Mientras tanto, en el centro neurálgico de la ciudad, la Bourse, centenares de manifestantes antirracistas trataban de acallar con cánticos pacifistas y proclamas a la unidad el ruido provocado por los agitadores de Molenbeek. La contramanifestación convocada por varias plataformas de activistas tampoco contaba con el permiso de las autoridades que ayer prefirieron restringir las concentraciones para evitar enfrentamientos. Unos 250 agentes irrumpieron en la plaza para tratar de disolver a los asistentes, que se resistieron. La policía  interpeló a unos 70 asistentes y arrestó a una docena de ellos, cinco de ellos españoles, miembros del 15-M Bruselas. Gritaban «todos somos hijos de inmigrantes».

El colectivo denunció el uso de la violencia y las detenciones «arbitrarias» por parte del cuerpo, muy criticado por su laxitud frente a los ultras conflictivos y su intransigencia contra los colectivos pacíficos, a los que considera de «extrema izquierda». «La semana pasada la policía escoltó a los racistas y se fueron tranquilamente. Hoy veníamos a manifestarnos contra la extrema derecha y los que acabamos detenidos somos nosotros», se quejaron. Todos ellos fueron trasladados a la comisaría de Etterbeek antes de ser puestos en libertad. El presidente de la Liga de los Derechos Humanos, Alexis Deswaef, también sufrió arresto provisional. «La policía me ordenó salir desde que llegué. Les dije que estaba allí como ciudadano particular, pero me detuvieron igual», aseguró.

El aeropuerto internacional de Bruselas reabrirá hoy parcialmente al tráfico de pasajeros con controles reforzados.