Grecia necesita 4.000 expertos y ocho barcos para poner en marcha las deportaciones

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

Bruselas calcula que el programa de expulsiones tendrá un coste de 280 millones de euros en los seis primeros meses después de que eche a andar

20 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Unión Europea ya tiene vía libre para expulsar refugiados a Turquía. El acuerdo sellado el viernes con Ankara entra hoy en vigor. A pesar de que la puerta de salida está abierta para todos los migrantes irregulares y refugiados sirios que alcancen las islas griegas, las deportaciones no empezarán hasta abril, cuando se hayan puesto a punto las legislaciones griega y turca y cuando Atenas ya disponga de todo el operativo logístico para garantizar que el proceso cumple con la legalidad internacional. 

«Es una tarea hercúlea», aseguraba el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. Así es. Bruselas calcula que Grecia necesitará un refuerzo de 4.000 efectivos. Expertos para tramitar las solicitudes de asilo, intérpretes, personal para los comités de apelación, unidades de retorno y agentes de seguridad. Sin la asistencia de estos profesionales, el mecanismo podría colapsar y hacer fracasar el acuerdo. 

La deportación se llevará a cabo con la ayuda de ocho barcos de Frontex, con capacidad cada uno para trasladar entre 300 y 400 migrantes, y 28 autobuses. Grecia deberá desplegar otras 20.000 plazas de acogida temporal en las islas, de las cuales 6.000 ya has sido creadas, para la espera previa a la deportación. 

Coste de 280 millones

Bruselas calcula que el programa de expulsiones tendrá un coste de 280 millones de euros los seis primeros meses después de que eche a andar. La cooperación y sincronización con Turquía serán vitales para hacer que funcione y que se cumpla con los acuerdos internacionales sobre derechos humanos. Las dudas desbordan a los líderes europeos y organizaciones humanitarias. De forma especial en lo que concierne a la protección de los refugiados que se devuelvan al país vecino.

La ONU pidió ayer que se garantice el derecho al asilo, apelación y protección de los asilados a uno y otro lado del mar Egeo. Es «un inmenso desafío», reconoce Acnur.

La canciller Angela Merkel también reconoció su desconfianza: «No me hago ilusiones de que lo que se ha acordado no venga acompañado de más reveses. Hay grandes retos legales que ahora hay que superar».