Irán condena a muerte a un magnate por corrupción

La Voz TEHERÁN / AGENCIAS

INTERNACIONAL

MEGHDAD MADADI | AFP

El multimillonario ayudó al Gobierno de Ahmadineyad a eludir las sanciones internacionales

07 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Babak Zanjaní, uno de los hombres más ricos de Irán, ha sido condenado a muerte por la Justicia del país, acusado de corrupción, lavado de dinero y fraude. El empresario ha sido encontrado culpable de «corrupción en la Tierra», el mayor delito recogido en el código penal iraní y que la jurisprudencia islámica pena con la muerte.

La misma suerte correrán otros dos socios del multimillonario, que fue encarcelado a finales del 2014. Hasta ese momento era una de las figuras destacadas del mudo económico iraní. Zanjani, que empezó como chófer del presidente del Banco Central del país, poseía a sus 41 años un verdadero imperio empresarial con sede en Dubái, valorado antes de su detención en unos 14.000 millones de dólares (más de 12.000 millones de euros) y que abarcaba sectores tan diversos como la cosmética, el turismo, las infraestructuras, los materiales de construcción, la tecnología de la información, los supermercados o la extracción petrolífera. Poseía, además, su propio banco, varias aerolíneas, un equipo de fútbol (Rah Ahan), una estación de autobuses y una flota de taxis en Tayikistán, país en donde tenía gran parte de sus negocios.

Se saltó el embargo

Zanjani era uno de los empresarios más próximos al Gobierno del expresidente Mahmud Ahmadineyad (2005-2013), bajo cuyo mandato se encargó de gestionar varias operaciones de venta de petróleo iraní al exterior sorteando las sanciones internacionales que pesaban contra Irán. Estas acciones, por las que fue sancionado por la Unión Europea y el Departamento del Tesoro de EE.?UU., que congeló sus cuentas en el exterior, le llevaron a jactarse públicamente de que, sin él, la República Islámica no hubiera podido vender ni un solo barril de petróleo en el exterior.

Más tarde, y en paralelo a la caída en desgracia del presidente Ahmadineyad tras su enfrentamiento con el líder supremo Alí Jameneí, diversas autoridades y personalidades iraníes denunciaron varios casos de corrupción que afectaban al empresario. Finalmente llegaría su dentención, después de que una docena de diputados principalistas pidieran su imputación por «corrupción sistemática». Según dicha acusación, el empresario iraní se habría quedado parte del dinero (se calcula que unos 2.000 millones de euros) derivado de la venta del petróleo iraní bajo las sanciones y habría intentado borrar cualquier rastro de ello a través de sus empresas financieras.