La UE admite que Schengen no volverá a la normalidad este año

adolfo lorente BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

IAN LANGSDON | EFE

Presenta medidas para intentar restablecer el espacio en el 2017

05 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Comisión Europea aprovechó ayer la cercanía de la cumbre del lunes entre la UE y Turquía para lanzar una estrategia que tiene por fin restablecer la normalidad en la zona Schengen a fin de año. Bruselas quiere, pero querer no siempre es poder, sobre todo cuando los que tienen que decidir qué hacer son unos países que siguen demasiado divididos y muy poco implicados. «Es verdad que hay cierta desconfianza», reconoció el comisario de Inmigración, Dimitris Avramopoulos. «La solución será europea o no será».

Compareció a mediodía, solo una hora después de que Eurostat confirmase que 2015 fue un año récord ya que se registraron en Europa 1,2 millones de solicitudes de asilo, más del doble que el año anterior. Avramopoulos salió al ruedo para vender la hoja de ruta trazada por la Comisión para recobrar cierta normalidad. Medidas, fechas, acuerdos, acción... Una hora de intervención para reconocer que en el mejor de los escenarios, Europa no recobrará la normalidad como pronto hasta 2017. Queda por delante un año muy complicado que buscará preservar Schengen a toda costa y acabar con las «acciones unilaterales» de varios países que se han visto obligados a decretar cierres fronterizos «excepcionales y temporales». Bélgica ha sido el último país en sumarse a una larga lista formada por Alemania, Dinamarca, Austria, Eslovenia, Hungría, Suecia y Noruega.

La base legal de este tipo de controles en países como Alemania y Austria expirará en mayo, salvo que la UE active por primera vez el artículo 26 de Schengen, que autorizaría a prorrogar los controles durante dos años en respuesta a serias deficiencias en el control de las fronteras externas por parte de uno de los países que forman parte del espacio común de libre tránsito. Grecia ya está sobre aviso y en las próximas semanas debe cumplir una serie de requisitos impuestos por la Comisión y el Consejo para evitar quedar estigmatizado como país y aislado en la práctica. Es cierto que no tiene frontera terrestre con otro país de Schengen, pero Macedonia, que no lo es, ya está encargando lo que muchos temen: convertir a Grecia en un islote con decenas de miles de refugiados.

Bruselas ha dado a Grecia hasta el día 12 para poner en marcha todas las recomendaciones fijadas, como tener listos los «hotspots», los centros de registro para fichar a los inmigrantes. Las verificaciones durarán varias semanas y como muy tarde, será el 12 de mayo cuando la Comisión decida si propone aplicar el artículo 26 del código. En paralelo, la Comisión trabajará en nuevas propuestas de recolocación y en una nueva normativa de Dublín, ya que la actual ha quedado desfasada. Esta dice que los inmigrantes que llegan a la UE deben ser registrados en el primer país que pisan, algo que no ha ocurrido todos estos meses porque Grecia e Italia no estaban preparadas.

Respecto a la creación de la guardia europea de fronteras, el proyecto estrella de la Comisión, la idea es que esté operativa en septiembre. Con ella, más el apoyo de la OTAN y Turquía redoblando los esfuerzos se espera que la normalidad fronteriza llegue por fin a Europa en 2017. Según Bruselas, el total restablecimiento de los controles internos tendría un coste inmediato directo de entre 5.000 y 18.000 millones al año, entre el 0,05 y el 0,13% del PIB.

El presidente del Consejo, Donald Tusk, confirmó ayer que Turquía, donde se reunió con su presidente, Recep Tayyip Erdogan, se ha comprometido a acoger a todos los inmigrantes ilegales que sean interceptados en el Egeo.