Refugiados asaltan frontera entre Grecia y Macedonia ante el bloqueo

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Consiguieron derribar parte de la valla levantada entre Gevgelija e Idomeni, aunque no consiguieron que la frontera se abriese permanentemente. La policía respondió con gases lacrimógenos

29 feb 2016 . Actualizado a las 20:33 h.

Cientos de refugiados desesperados y hartos de esperar intentaron asaltar este lunes la valla fronteriza entre Grecia y Macedonia para pasar a este último país, que les bloquea la entrada desde hace días y que respondió con gases lacrimógenos.

Los refugiados consiguieron derribar parte de valla levantada por Macedonia entre Gevgelija y la localidad griega de Idomeni, aunque no consiguieron que la frontera se abriese permanentemente.

La Policía macedonia trató por todos los medios de sostener la valla y utilizó gas lacrimógeno contra los asaltantes, que, presas del pánico, retrocedieron hacia el lado griego. Según explicaron a dpa algunos testigos, muchos refugiados aseguraron sufrir problemas respiratorios provocados por el gas. Las fuerzas de seguridad griegas se mantuvieron al margen por miedo a provocar una escalada de violencia. A media tarde, la situación se calmó relativamente. Sin embargo, algunos refugiados, los más jóvenes, lanzaron piedras sobre la valla a la policía y pronunciaron insultos contra las autoridades.

El desencadenante del asalto a la valla fue un rumor que afirmaba que Macedonia planeaba reabrir la frontera para todos los refugiados. «¡Libres, libres, podemos pasar!», gritó un refugiado en la televisión helena. El rumor resultó ser totalmente falso.

Siguiendo el ejemplo de Austria, países de la ruta de los Balcanes como Macedonia, Serbia, Croacia y Eslovenia acordaron no permitir la entrada de más de 580 refugiados al día. Dado que el flujo desde Turquía hacia Grecia no ha cesado, en el país heleno se está creando un cuello de botella que ya aglomera a más de 25.000 personas.

Desde hace más de una semana, Macedonia sólo permite cruzar sus fronteras a unos pocos refugiados sirios e iraquíes al día, y el campo de refugiados de Idomeni está totalmente colapsado. Más de 7.000 migrantes permanecen atrapados en el puesto fronterizo entre la ciudad griega y Gevgelija. Durante la noche del domingo al lunes solo pudieron cruzar la frontera 305 refugiados. El presidente macedonio, Djordje Ivanov, defendió la actuación de su país. «En tiempos de crisis, cada país debe encontrar sus propias soluciones», dijo a la edición digital del semanario alemán Der Spiegel. Según Ivanov, si Macedonia hubiese esperado a recibir directrices de la UE, «estaría inundada de refugiados». «Cada vez que un país que está más al norte cierra su frontera, nosotros hacemos lo mismo», agregó.

A pesar del bloqueo de Macedonia, miles de personas continúan intentando, por todos los medios de transporte posible, encontrar una ruta hacia el norte que les permita continuar su viaje hacia Europa central, informaron medios griegos. Este lunes por la mañana llegaron a la ciudad portuaria del Pireo más de 2.000 personas provenientes de las diferentes islas del mar Egeo. En el centro de Atenas, la situación también se tornó dramática. Según testigos, cientos de refugiados pasaron la noche a la intemperie en la céntrica plaza Victoria. Vecinos y voluntarios trataron de ayudar a los migrantes llevándoles alimentos y medicamentos.

Los albergues y centro de registro helenos, varios recintos de espera del puerto Pireo, además de las salas de un antiguo aeropuerto de Atenas están completamente desbordadas, aseguró la televisión estatal. Por su parte, los contrabandistas intentan ganar dinero de forma rápida prometiendo a los migrantes trasladarlos hacia Europa central a través de nuevas rutas por Albania.

Además, durante el fin de semana, varias personas sin identificar prendieron fuego a dos almacenes que iban a ser reutilizados para alojar a los refugiados en la ciudad norteña de Giannitsa. Se trata de los primeros ataques incendiarios registrados en Grecia por motivos presumiblemente xenófobos.

A las islas del país heleno llegan al día unas 3.000 personas, según informó Acnur el domingo. Una vez que llegan a la península, comienzan un viaje de más de 600 kilómetros hacia el norte para cruzar hacia Macedonia y después atravesar la ruta de los Balcanes hacia Europa central y occidental.

La cifra de refugiados que llegan al país a través del mar Egeo parece que se reduce notablemente, aunque depende en gran medida de la meteorología, afirmó un oficial de la guardia costera. «En días con vientos fuertes vienen muchas menos personas», afirmó el oficial, estacionado en la isla de Quíos. En los últimos siete días, se habría producido una reducción notable.

Acnur afirma que en febrero habrían llegado a las islas del mar Egeo un total de 53.150 migrantes, una media de 1.900 personas al mes, que, comparadas con las 2.873 de febrero de 2015, da una idea de la reducción. 

Si Macedonia mantuviese esta política y el flujo no se detuviese, el número de personas varadas en Grecia podría ascender a 70.000 a finales de marzo, advirtió el viceministro griego para Migración, Ioannis Mouzalas. El viceministro advirtió también de que Grecia, que continúa atravesando una situación financiera muy delicada, no está preparada para combatir con éxito una crisis humanitaria de esta magnitud. «Continuar construyendo muros más altos para evitar el flujo de estas personas desesperadas es un acto cruel e ilusorio», declaró por su parte el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein. Pidió además que los gobiernos asuman la responsabilidad de proteger a los refugiados en lugar de adoptar medidas inhumanas.

Ante la situación actual, la Comisión Europea está preparando un plan de emergencia para Grecia y otros países de la ruta de los Balcanes, que incluye el refuerzo de las capacidades de acogida o de los controles en las fronteras, explicó una portavoz. Grecia ya ha propuesto qué ayuda necesita y se está en conversaciones desde mediados de mes, apuntó.