Jarro de agua fría de Valls a Merkel por la nueva propuesta de reparto de refugiados

PATRICIA BAELO BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

MICHAEL KAPPELER | Efe

El primer ministro galo sentencia que su país no va a acoger a más demandantes de asilo de los 30.000 a los que se comprometió

14 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La cumbre europea del jueves y viernes en Bruselas se perfila complicada para la canciller alemana. Sobre todo, después de que el primer ministro galo dijera ayer que su país no va a acoger más demandantes de asilo. «Francia se comprometió a recibir 30.000 refugiados. Estamos dispuestos a eso, no a más», afirmó la oficina de Manuel Valls durante la Conferencia de Seguridad de Múnich. Con estas declaraciones, París, el socio europeo más importante de Berlín, rechaza de pleno el sistema de distribución que propuso Angela Merkel para repartir a 160.000 refugiados sirios llegados a Turquía entre distintos países de la UE, a cambio de que Ankara blinde su frontera y ayude a frenar el flujo de llegadas al continente.

«Además, Europa debe enviar un mensaje claro: No podemos acogerlos a todos», sentenció Valls. Palabras que han servido para que la CSU bávara, el ala más conservadora del Gobierno alemán, se sienta reafirmada en la necesidad de fijar un límite de acogidas. «La retirada de Francia supone el fracaso definitivo de la solución europea a la crisis de los refugiados», explicó Hans Michelbach, portavoz del grupo parlamentario en el Bundestag.

Quienes también parecen decididos a desafiar a Angela Merkel son los países de Europa del Este. El denominado grupo de Visegrado, formado por Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia, debatirá el lunes cómo cerrar la frontera de Macedonia y terminar así con la «ruta de los Balcanes», por donde se desplazan a diario miles de refugiados que entran a Europa por Grecia. «Mientras falte una estrategia común europea, es legítimo que los países protejan sus fronteras», defendió ayer en una entrevista con Der Spiegel el ministro de Exteriores eslovaco, Miroslav Lajcák. Una opinión que comparten Croacia, Eslovenia y hasta Austria, que ha ofrecido a Macedonia policías, tecnología «e incluso soldados, si hacen falta».

Este tipo de arrebatos preocupan cada vez más a la gran coalición. Ayer, el vicecanciller, Sigmar Gabriel, y el ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, embajadores de los socialdemócratas alemanes, enviaron una carta a sus correligionarios europeos pidiéndoles que apuesten por la solidaridad y frenen el avance de las formaciones populistas y nacionalistas, ante el peligro de una ruptura de la UE. «La exclusión formal de un país miembro del espacio Schengen o su marginación de facto son soluciones aparentes que contaminan el debate europeo», reza la misiva.