Kate del Castillo, con ciudadanía estadounidense, es la primera en la mira de los jueces de México y de EE.UU. El abogado refiere una conversación en la que el Chapo intenta defenderla como sea. «¿Pero ella qué [tiene que ver con la investigación]? Nada. Yo le pregunté: Se está especulando con manejo de dinero.... Y dijo: Un solo peso no agarró de mí». Según el letrado, el líder narco «no iba a aportar dinero, iba a autorizar su historia, y la película la iba a hacer ella por su cuenta».
En el poder notarial, el Chapo confía plenamente en la actriz. Como condición, Guzmán debía «autorizar» el guion cinematográfico y los textos. Obliga a la actriz y a los productores a «rendir cuentas» ante él y determina que el poder «tendrá duración mientras no sea revocado o se extinga legalmente». La idea de la película fue un paso en falso del escurridizo delincuente, que cayó porque la Policía siguió los pasos de su adorada Kate.