La oposición venezolana sacrifica a tres diputados para evitar el bloqueo chavista del Parlamento

Pedro García Otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

EFE / MIGUEL GUTIERREZ

La Asamblea Nacional ha decidido retractarse de la toma de posesión de los diputados impugnados por el Tribunal Supremo

14 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Asamblea Nacional decidió retractarse de la toma de posesión de tres diputados que habían sido impugnados por el Tribunal Supremo para evitar de este modo el conflicto de poderes que se veía asomar en Venezuela. Además, comunicó oficialmente la renuncia de los parlamentarios para que no se considerara que había desacatado la decisión. De este modo, la mayoría que tiene la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) se reduce de 112 a 109 escaños.

El arreglo permitirá que el presidente Maduro asista a entregar el viernes su Memoria y Cuenta correspondiente a 2015 ante un Legislativo hostil, y que continúe funcionando normalmente el Parlamento aunque el reconocimiento de la sentencia del Supremo «abre la puerta a nuevas impugnaciones». De hecho, se comenta que el Partido Socialista Unido de Venezuela habría introducido otra impugnación para un candidato elegido en el central estado Guárico, según José Vicente Haro, abogado constitucionalista, para quien la Asamblea «se fue por la vía política y no por la constitucional».

El presidente de la Asamblea, Ramos Allup, justificó la decisión diciendo que «a veces hay que sacrificar algunas cosas para salvar otras», y que «es necesario preservar la institucionalidad ante quienes pretenden poner manos arriba al poder Legislativo». No obstante, Diosdado Cabello, el anterior presidente de la Asamblea, hizo sangre y señaló que «ahora entramos en un nuevo escenario» ya que la oposición «reculó en vivo y en directo. Al presidente le corresponde dar su mensaje ante la Asamblea Nacional», señaló.

Maduro había solicitado el martes una interpretación sobre dónde debía presentar su Memoria y Cuenta si el TSJ declaraba nulas las actuaciones del Parlamento, como ya lo había hecho. La Constitución lo obliga a este trámite en los primeros diez días tras la apertura del Legislativo.

El inicio de la sesión fue tenso, cuando partidarios del oficialismo apostados a las afueras del Palacio Legislativo lanzaron tomates a diputados opositores y a periodistas que ingresaban a la sesión. Al término ocurrió lo mismo, pero los oficialistas se confundieron y quienes recibieron improperios fueron los diputados del chavismo. Dentro del Palacio se produjeron también momentos de tensión cuando el opositor Julio Montoya acusó a la bancada del Gobierno de «corrupta» y de «no querer debatir sobre narcotráfico», lo que generó la ira de los oficialistas.